jueves, junio 30, 2005

El Juego De La Verdad.

Me asaltó una pregunta un día,
Ese día,
Esa tarde,
Ese minuto,
Ese segundo,
En esa plaza.
Una revelación
Que no busqué,
pero me asaltó igual,
con todo su peso,
desafiándome
ha aceptar una verdad,
Esa verdad,
que no estaba dispuesto
a conocer.
Me gustaría resistirme,
más por vago
que por rebeldía
pero en realidad,
no me queda más remedio
que vivir
con las llagas
de ésta verdad.

miércoles, junio 29, 2005

EL Cuaderno

Él caminaba apurado, con un tranco nervioso, siempre lucía antiguados vestones de colores tierra. Ninguno de sus escasos conocidos sabía a ciencia cierta en que trabajaba y que documentos portaba en su inseparable maletín café.

Según su vecino, él intentó gritar en reiteradas ocasiones sus penas, en balcones de edificios, en calles pobladas y en bares apestados de borrachos solitarios, pero nadie lo tomaba en cuenta. Tenia una forma rara de hablar, tartamudeaba y presentaba unos pequeños tics faciales, que desconcertaban al más desquiciado.

La Fabiola la única persona del barrio que conversaba con él, cuenta, que una vez convocó a una reunión con el objetivo de formar un grupo de lectura poética. al encuentro asistieron un par de personas. Cuando le tocó su turno, se levantó, sujetó firmemente una arrugada hoja de papel y al recitar se golpeó con sus palabras.

Después de ese acontecimientos, las pocas personas que lo conocían le perdieron el rastro.

El hombre del maletín y los viejos vestones de colores, decidió aislarse y permanecer sólo como una rata, así nadie lo volvería a juzgar y mucho menos a ignorar. Entró a su habitación, prendió la televisión y hay se quedó sentado hasta que lo encontraron.

Y si no fuera por un viejo cuaderno color rojo que en su ultima página, fechada el 15 de abril de 2001 describía algo parecido a una vida, hoy no me hubiera tomado la molestia en Recordarlo.

martes, junio 28, 2005

Un Mal Lector En La Biblioteca Nacional.

En cada ventanal de la biblioteca descansa el busto de un gran pensador occidental, observando con frío desdén, como los mortales utilizan sus obras inspiradas en la frágil divinidad. Las mesas verdes reflejan el cielo, las lámparas de bronce simulan la balanza de la justicia. Concentrados lectores, jovencitas aficionadas a las novelas de amor y trasnochados anarquistas tratan de revelar un pasado. Sus murmullos y silencios se funden con el barullo de Santiago transformando el sonido en un “oooómmmmm”, única alternativa para leer en la vorágine y no perderse en la desesperación de las calles. Devuelvo el libro, y vencido me retiro.

jueves, junio 23, 2005

Hey Ho, Let`s Go... El Último Viaje de Joey Ramone

16 de abril de 2001.

Sonó un timbre, eran las enfermeras que nos venían a despertar, todos se levantaron mecánicamente, pescaron sus utensilios de aseo y partieron al baño. Había sobrevivido al largo fin de semana Santa, estaba harto de las películas religiosas que pasaban en la única televisión de la sala. Todos limpios, y sentados en la cama, esperamos que el doctor realizara la visita de la mañana.

- Si sigues así el miércoles te sacamos el drenaje del pecho- le dijo el doctor a Juan.

Esta noticias me puso alegre. Él había estado un poco menos grave, lo que significaba que en uno o dos días después, me sacarían el fastidioso perro faldero que arrastraba con un cable, él cual era el guardián de mi drenaje que estaba adosado directamente a mi pulmón izquierdo. El doctor constató el estado de los seis pacientes de la sala 14, del box tres, del pabellón de enfermos del tórax. Todos aparentemente estábamos bien.

Una señora gorda de blanca vestimenta entró con una mesa repleta de tazas, con una puntualidad que se agradece en estos lugares. El olor del pan caliente nos animó, nos sirvieron el desayuno. Después de tomar té, quedamos libre.

Caminé hacia la cama de Juanito, y en una orilla me senté. El vecino de la cama 3 llamaba por celular a unos de sus agentes de apuestas. Juan me relataba una historia de infancia con una lentitud impresionante, como si pensara en cada una de las palabras que pronunciaba, y cada una de ellas tenía el sonido de su desierto querido.

- ¿ Juan, algunas vez pensaste que podríamos conversar sin tomar alcohol ?

Él se rió pausadamente, se rascó el camisón blanco y contestó:

- viste somos la muestra viviente que las personas pueden cambiar-

-¿tu crees eso?.

- shiff... demás, ya llevó cuatro días sin fumar y si continuo así, sigo de largo.

- tienes razón Juanito, será por eso que las visitas nos regalan yogurt y galletitas de agua.

- ¡por eso es, compañero!.

La señora de los diarios nos interrumpió como de costumbre un poco antes del mediodía. Yo compré “la Tercera”, Juan “Las Últimas Noticias”, El vecino hípico adicto a las apuestas “el Mercurio”, el vecino de la Serena “la Cuarta, el diario Popular”. Me tiré de cabeza a la sección del Deporte, Wanderers había empatado con la “U” en el estadio Nacional, y se mantenía como puntero del campeonato.

- ¿ cachaste hueón ?- me preguntó alarmado Juanito.

- ¿que pasó?- contesté, sin darle demasiada importancia.

- Murió Joey Ramone.

-No huevis...

- si hueon

-No huevis...

- si hueon


- cuando era aún joven fui a ver a LOS RAMONES al velódromo del estadio nacional.

-si... ese recital es clásico...tocaron con los fiskales.

-sipo ...fue unos de los primeros recitales masivos de Punk, después de Pinocho. Me acuerdo fue la raja, que manera de tomar después del recital, lo pasé más bien que la cresta.

-yo no pude ir, estaba muy chico.

Después de almuerzo, vinieron las visitas, la sala se repletó de personas, éramos los residentes más populares del pabellón. Conversábamos con ellos, son hacían regalos, y nos deseaban que nos recuperamos pronto. Que lamentaban lo que nos había sucedido, que era un milagro que estuviéramos vivos, que muchos sacaban pasajes para el patio de los callados con sola una puñalada, y entre los dos superábamos la veintena. Juanito se reía, y decía- bueno, así es la vida de los rockeros- la gente lo miraba, y sonreía tímidamente.

Durante la tarde estuvimos en silencio. Fui al baño un par de veces, leí todos los diarios que había en la pieza, el caballero Hípico se estudió todas las cartillas que tuvieran relación con las carreras y ordenó por teléfono sus apuesta. Esperábamos con ansiedad que sirvieran la comida.

Mientras cortaba mi ensalada y Juan devoraba su arroz con leche, un cubierto cayó al suelo, mirábamos a nuestro alrededor, era un anciano que acababa de llegar con una infección al pulmón. Juan sin decir nada levantó su vaso de jugo en polvo, sabor durazno, imité su gesto, alce mi vaso, y hicimos una guiño de reverencia.

Después comer, Juanito, pescó su perro faldero, avanzó por el pasillo, antes de sentarse en la silla que estaba al lado de mi cama, corrió la chata y la colocó debajo de la cama. Filosofamos un rato sobre el último viaje de Joey Ramone, y sobre lo cerca que estuvimos de partir antes que él. la enfermera a las 9:30 nos dio el aviso para que fuéramos al baño al lavarnos los dientes. Juanito se levantó de la silla y me dijo- Hey Ho Let’s Go- tomamos nuestro cepillos de dientes y caminamos hacia el baño arrastrando nuestros perros colorados.

miércoles, junio 22, 2005

CHAT... GAME OVER


Busco personas infinitas,
enfrentándose al azar,
resplandeciendo en sueño
tras una destellante pantalla,
con el reflejo en los ojos
de una infame promesa,
caricias, sexo, placer
y amor de parejas.
Me rindo a la corriente
Condicionándome a describirme,
Seguir el juego
parece ser la premisa,
Desempeño un papel asqueroso,
Imito la mediocridad,
Trato de esbozar mi ser.
¡Que conflicto¡
recurro a terribles subterfugios:
soy sincero,
me gusta carretear con mis amigos,
escribo y leo poesía,
estudio y odio la mentira.
Dejo el teclado
la luz se apaga,
una gota de sangre
cae en la mesa,
sin despedidas, sin llantos
el juego a terminado.

viernes, junio 17, 2005

UN CUENTO REPETIDO.

En mi velador descansan los siguientes libros: “Las Flores del Mal” de Charles Baudelaire, “A sangre Fría” de Truman Capote, “Hijo de ladrón” de Manuel Rojas, “Los detectives Salvajes” de Roberto Bolaño, “La Senda del Perdedor” de Charles Bukowski y “Una Temporada en El Infierno” de Arthur Rimbaud, esta última obra es un verdadero Misterio para mí, impenetrable, incomprensible y perturbadora, quizás esa sea la razón de su lugar preferencial dentro mi pieza. Supongo que el calificativo de “Escritores Malditos” que fueron victimas algunos poeta modernos de la Francia de finales del siglo XIX, no sea más que un mote impuesto por editores con ansias de vender un talento exótico y desgarrador, provocado por los eternos y sangrientos conflictos del alma humana. Creando una imagen abismante y castradora, para los seres que abrigan mundanas aspiraciones artísticas. ¿Como vencer al mar?, ¿Cómo sometemos al tiempo?, ¿Como subyugamos el aire? ¿Como nos trasformamos en Dioses?, ¿Cómo se ama?. Por esto y mucho más detesto a los nuevos aspirantes a artista que pululan por la universidad creyéndose los nuevos “Escritores Malditos”, estos estúpidos o mejor dicho estos malditos, siempre sé vana glorían de ser borrachos, drogos, conflictivos, asiduos participes de acontecimientos extraordinarios, que rayan en lo marginal, pero para ellos estos acontecimientos poseen una impostada belleza. Esa turbia vida endiosada, no me es cercana, lo que suele sucederme, pervertida y cotidianamente es emborracharme y que no suceda nada excitante, una que otra caída que me marca el rostro antes de llegar a casa, pero nada de importancia, nada que valga la pena contar, nada que me acerque al hombre absoluto, ni a un suspiro de divinidad. Lo vuelvo a repetir insistentemente, odio a los apestosos aspirantes a artista y a la leyenda negra de los “Escritores Malditos”, porque en teoría son capaces de experimentar y relatar otra vida, nos engrupen con esa posibilidad, ¿Qué otra vida?, si existe, cosa que dudo absolutamente, ¿dónde esta?, esta posibilidad me parece una soberana burla que ataca directamente a nuestras vidas comunes, de estudiante de población, criados con porotos, fideos insípidos, fieles amantes del vino tinto, la cerveza, y las sopaipillas con mostaza, situación que refuerza mis instintos, ese no es el camino hacia otra vida, un camino no se forja de famas e idolatrías, es triste que nos engañen con la promesa que podemos hace todo lo que queremos, esta posibilidad choca trágicamente con la realidad, -que poco podemos visualizar-, a este mundo no venimos a hacer los que queremos, por suerte algunos afortunados, contados con los dedos de un cien pies pueden hacer lo que pueden, irremediablemente estamos condenados a cumplir con un destino velado, predestinado por nuestra propia esencia, clavada en lo más profundo de nuestra sangre. Me pregunto cual es él camino de los Jóvenes que nos lanzamos a la vida inconscientes, con el imperativo objetivo de cazar una mina, que solo va ha ser rica hasta los 18 años, y después se va a transformar en una madre gorda y sobre protectora, por qué a través de mis manos no puedo llegar a ser millonario. Como no tengo respuestas me hundo, por esta razón hoy me estoy embriagando, por esa envidia inútil, de no poder transformar mi vida en 180°, por sentirme atrapado, inmóvil, con el amargo oficio de la palabra resentida, que me empuja al aislamiento de estar amalditándome casi todos los fines de semana frente a la incandescente pantalla de un computador, mientras mi vida trascurre frente a mis ojos, dominada por la rutina. Lo peor es que mañana debo ir a jugar a la pelota, y capaz que no me pueda las pelotas, porque perdí el toque que tenía con el balón, sólo me queda el recuerdo de los goles. Felizmente lo he logrado, estoy borracho, lo que es lamentable para las pocas horas de sueño que me quedan, lo cual significa que me voy a perder la final del mundial de fútbol “Corea-Japón 2002”, donde se enfrentan las dos escuadras más poderosas en la historia de los Mundiales, frente a frente, fantasía y disciplina. Brasil y Alemania, desafiándose a muerte, pero eso a mi no me importa, yo solo quiero dormir.

Sueño para que mi suerte cambie, o en el mejor de los casos se mantenga en el mismo carril, busco algo que me dé un poco de esperanzas, soñar con goles a estadios llenos y decenas de mujeres hermosas visitando mi alcoba en busca de amor. Las cuales me acosarían desesperadamente por teléfono con el firme objetivo de compartir su tiempo conmigo. Por eso odio las conversaciones por teléfono, principalmente cuando se tratan de amor y seducción, no soporto no mirar a una mujer a los ojos, y por lo menos verle las gomas, me desconcierta, hasta disminuirme. Odio estar aquí, y que el combinado se acabe, odios el trago y su borrachera, pero no odio la resaca, pero sí odio la falta de alcohol cuando la gente mediocre me rodea y también cuando escucho conversaciones de amor. En definitiva, el Negro tiene la culpa, con su concubinato feliz, con su amada promotora que según él se parece a Shakira, con la mina esa… de las impresoras lexmax... o como se escriba.

Llega el final lamentablemente, nada pudo cambiar las cosas, lanzo el cuchillo a lava platos, y se quiebra justo en la culata de plástico. Me hago un pan con mayonesa y ketchut. Apago el computador, y me dirijo a la cama, hoy no es un buen día para morir, bueno supongo que nunca lo es, hace mucho frío y pocas personas irían a mi velorio, por lo menos lo evitarían, solo asistirían si fuera estrictamente necesario, bueno nunca me ha importado que la gente me acompañé, si ni siquiera celebro mis cumpleaños, menos me debe importar que me acompañen a mi funeral, y hay algo que es una verdad… necesario nunca fui, si fuera así nunca pensarían en eliminar mis restos orgánicos, pero en realidad nadie es indispensable… tomo uno aspirina, me lavo los dientes, rezo un padre nuestro, ¡pero si soy ateo¡ no sé por qué nunca he dejado de rezar, me percino, y duermo en pos de un nuevo día... al final nunca me gustaron los suicidios, no tengo el valor para eso, escribir despedidas y eso… es una verdadera lata… son demasiado complicados para mi, tanto como los son los “Malditos, Escritores Malditos”. No importa mañana dan los Simpson y capaz que haga un gol o dos. Eso es lo bueno de estar borracho... es que uno habla tanta hueas…

miércoles, junio 15, 2005

La Gitana.

Me senté en una banca del parque Forestal y esperé. Al atardecer un grupo de vecinos y nanas conversan amenamente mientras sus mascotas corren por el parque. Los finos canes juegan y se mordisquean alegremente ante las complacientes miradas de los transeúntes que sonríen enternecidos al observarlos. Nervioso miré el reloj. Las gitanas deambulaban por el sector interrumpiendo a las parejas que se besaban recostados en el pasto. Una de ellas se me acercó y me preguntó si deseaba saber mi suerte -contesté que no-. Al marcharse supe que nunca más volvería a ver a Mariana.

domingo, junio 12, 2005

Un Poco de Belleza

Después de almuerzo, comienza la jornada de la tarde, me paseo por el patio en busca de las llaves de la sala Nº 11. Cada profesor tiene las llaves de su sala, es sistema americano, como en las películas gringas de high school o en la universidad, pero como yo soy “el reemplazante del profesor Claudio Martinez�, “el cual sufre una angina�, no tengo las llaves de su sala, (tampoco tengo plato ni servicios en el comedor de profesores, tampoco poseo casilleros, en fin no tengo nada), por esta razón, antes de comenzar toda jornada debo ir a la inspectoria a pedir las famosas llaves. En el trayecto hacia la inspectoria, me sucede un fenómeno que raya con lo paranormal, mejor dicho con lo anormal, los alumnos se acercan a saludarme, como si fuera una estrella de rock aclamado por sus fans, es más, algunas alumnas cuando paso a su lado suspiran y las más atrevidas directamente me tiran piropos, nunca me había sucedido un fenómeno así, ni en mis mejores momentos, esta situación me hace sospechar de todo, ¿serán burlas camufladas? ¿Como decirle a alguien evidentemente feo que es lindo?, ¿Talvez tengan su valores trastocados? ¿Estarán drogadas?, mejor no darle vuelta al asunto y sigo avanzando por el patio plagado de alumnos.

Las formación demora veinte minutos, igual que la jornada de la mañana, el inspector de la tarde grita y trata de ordenar a los alumnos, pero estos no lo toman demasiado en cuenta, el anciano inspector Aravena ya no tiene las fuerzas de antes y los longis lo notan, algunos paradocentes ayudan a formar a los cursos, en esos momentos descubro una imagen enternecedora, entre las formaciones de dos cursos perfectamente alineados, se encuentra sola una jovencita, de apariencia desvalida, a su alrededor sus compañeros se mueve y conversan, pero la niña se mantiene inmóvil, sus manos cuelgan entre cruzadas, ella mantiene la mirada fija en el suelo, distante de todos, la joven de radiante tristeza tiene el rostro deformado, la nariz desviada hacia la izquierda, los ojos con los párpados caídos, su piel tiene la textura de las quemaduras, sus ojos son húmedos, como si recordará lo perdido, parece que viviera es un constante estado de éxtasis generado por una emoción que sólo ella conoce, la luz del sol de otoño la cubre de una luminosidad que la empapa de una frágil belleza, su imagen me provoca un universo de sensaciones, ¿pienso en las ideas que cruzan en ese momento por su cabeza?, ensimismado en ella me detengo en sus zapatos, están perfectamente lustrados, son unos viejos zapatitos de charol, tienen una tirita de cuero que cruza por su empeine, recuerdo a todas las niñas de mi infancia, me arrebata unas ganas de sacarle una foto e inmortalizar ese momento, robarme esa imagen y mostrársela a todo el mundo, me gustaría compartir ese momento, pero no tengo esas facultades, al darme cuenta que ese instante no se volverá a repetir, me conmuevo, mi primera sensación fue de tristeza al sentir como se escapa la belleza, pero poco a poco esa sensación se va transformando en nostalgia, mis ojos se humedecen, me resisto y me lleno de energía, parto a clase con las fuerzas que me faltaban.

viernes, junio 10, 2005

NO TODO ESTA PERDIDO

Era un dí­a abúlico en la sala del primero medio, realmente no pasaba nada, yo sentado en mi pupitre revisando el libro de clases mientras los alumnos preparaban una disertación para la semana próxima. El tiempo avanzaba a cuenta gotas, y yo me paseaba como León enjaulado, con la única motivación que sonara pronto el timbre para que terminara la clase. Hasta le preguntaba a los alumnos si tení­an dudas sobre los contenidos, y para mi decepción ellos siempre contestaban que no. Pero justo en esos momentos en los cuales uno piensa que no hay más salida y sólo queda la resignación, me acerqué al banco de dos alumnas para fiscalizar su trabajo y la conversación adquirío ribetes inesperados, me hicieron algunas preguntas sobre mi persona que en estos momentos no recuerdo y de pronto se pusieron a hablar de sus aspiraciones vocacionales y uno de ellas me dijo que quería ser TROLL MODEL. - ¿Troll Model?-Pregunté sorprendido, -Si profesor y con los pelo parados y con la cara arrugada como esos lindos ogritos- dijo Samantha con su rostro picaro. Su compañera de banco llamada Andrea, me explicó que todas las CHUKY-LLAS del primero medio tenían ese tipo de apodo, apuntó a una jovencita algo rellena y me dijo que ella era la MU-CHANCHA, y que la Constanza con su piel morena era la LINDIA, la Macarena con sus silencios prologados y su afición al trabajo era la LIN-DINGENA y que ella era la más HER-MOSTRUA. Andrea la her-mostrua del curso me confidenció al menos unos seis adjetivo calificativo de esa calaña, los suficientes para confirmar esa vaga esperanza, que con los jóvenes no todo esta perdido.