martes, enero 31, 2006

LA CADENA DEL VERANO.

Voy a hacer esto por cortesía a Kiantei, Eternamente Despitada y a Paulina, a quienes estimo en este mundo virtual y me dignaré a contestar este meme, pues ne realidad no me agradan mucho, pero puedo tranzar. Generalmente la gente que me conoce en circunstancia protocolares piensa que soy bien freak, talvez tengan razón, aunque tengo mis serías sospechas sobre su veracidad. me considero un tipo bastante serio, típico exponenete de la mediocridad sub-urbana.

una persona bastante normal así que me permitiré contar algunas cosas raras del pasado y que he dejado de hacer, por lo menos un poco.

1- cuando trabajo de profesor, solo visto de negro, pantalones negros, zapatos negros, chalecos negros, vestones negros, calcetines negros, abrigos negros, solo cambio el color de las camisas ( blancas, celestes, azules, grises, negras, blancas listadas etc.) y las corbatas en los mismo tonos), así no pienso demasiado en las mañanas en como vestirme. En mi etapa media punk, anarquista, y en la cual no quería hacerle propaganda a ninguna marca o grupo musical solo vestía con poleras blanca, lisas, de esas de luca o dos lucas, más jeans gastados de preferencia Levis y zapatillas.

2- me gustaba llevar la contra como un deporte, si estaba en una reunión y la gente era izquierdista, yo defendía la postura de derecha, si la gente era de derecha defendía o adoptaba la posición de izquierda. Cosa que me trajo bastantes problemas cuando era más joven, pues la gente tiene poca tolerancia. Daños colaterales muchas riñas, nariz fracturada, cicatrices, angustia, risa, vacio.

3- me gusta caminar y salir solo. Recorro la ciudad solo, los tramites los hago solo, salgo a comprar solo, voy al cine solo, la únicas veces que voy al cine acompañado es cuando estoy pololeando (que han sido bastantes pocas). Pues no me gusta sentirme comprometido con otras personas, ni que me apuren. Aunque me gustan las mesas llenas de personas y con tragos.

4- coleccionaba fotos en blanco y negro que salían en los diarios, de películas, actrices, catástrofes, hechos historicos, de crónica rojas, etc. Y las pegaba en las paredes de mi pieza. La gente que entraba a mi pieza se asustaba un poquitito pues el lugar adoptaba un carácter un poco tétrico.

5- no tengo miedo a ser contradictorio. Por ejemplo me gusta solo algunos tragos; El Pisco, el vodka, el whisky, y las cervezas. Pero si se acaba el copete puedo tomar cualquier cosas. No sé miles de tonteras más: Huelo las ropas que me saco, no me gustaba usar perfume, solo uso desodorante etiquet, sé que no es muy viril pero joder, No saludo a las alumnas de besos en la mejillas. En relación a los alimentos como de todo hasta piedras, me gusta salir a cazar conejos y liebres (sueño con cazar un jabalí en una cordillera del sur), me gusta almorzar en silencio sin que me molesten, pierdo todo tipo de lápices pastas, me gusta mucho el fútbol pero no soy hincha de ningún equipo y por sobre todo “NUNCA RESPONDO UNA CADENA (NI de CARTAS, NI MAILS ETC), ES LA PRIMERA VEZ QUE LO HAGO”, puedo ser muy mentiroso con la gente que no conozco, ósea transformo un poco la realidad y la acomodo a mis objetivos, aunque suelo reconocer mis mentirillas.

Y la cadena se la envío al chuchesumedre que me robó la mochila en Villarrica dejándome literalmente con lo puesto.
A Dubi- Du y a Guaripolo, por su constante inspitación.
a Pepo y su gran obra, "Condorito"
A Daddy Yanky, pues “Lo que pasó, pasó”
A Keren Paola y Ximena Labarca, por brindarme día a dia su arte y sus bellas figuras.

lunes, enero 16, 2006

Cuento de Hadas falaz, post-modernista, anarquista, de un hueón que aspira a Principe azul porque quiere comerse a una Cenicienta Peliroja. (FIN)

Por fin mis palabras logran arrancarle una sonrisa a un rostro que comenzaba a adoptar un constante rictus de seriedad.

Ella me observa de pies a cabeza por largos segundos, como si buscara alguna verdad en mi silencio, una pista que le indicara que camino tomar. Tras un breve silencio Trinidad me vuelve a hablar.

- no sé Evaristo, ¿puedo confiar en ti?
-claro que sí Trinidad.

Trini me mira directamente a los ojos, se acerca lentamente y me da un pausado beso en la mejilla. Un beso que me emociona con su leve humedad. Ella se aleja un paso, me toma la mano y la desliza hasta sus pantorrillas, me pide que le dé un golpe de puño en la pierna, lo hago.
-¿sientes algo distinto?
-si, pero no sé que es.

Comienza a bajarse las medias, dejando al descubierto su secreto. Desvía la mirada y me pregunta si comprendo, yo le contesto que sí.

-Trinidad esto realmente no cambia nada en mí- digo mirándola a los ojos.
-Claro que sí Evaristo, de hecho lo cambia todo, siempre ha sido así – dice algo descontrolada.
-pero yo no quiero cambiar nada.

Comienza a forcejear con su rodilla izquierda y en el lugar donde tenía arremangados sus gastados vaqueros, desprende su pierna izquierda. Apoya una de sus manos en la pared y con la otra me ofrece su prótesis. Yo la recibo, la miro a los ojos, me siento algo confundido, me siento muy confundido, pero trato de no demostrárselo.

- ¿la deseas Evaristo?, Por que nunca nadie la ha querido – dice Trini con una actitud desafiante.
- ¿es tu pierna?
- sí, tonto, pero ahora es tuya.
- pero que voy a hacer con una de tus piernas.
- ahí tienes mi misterio y es todo tuyo- dice con sus ojos húmedos.
- te equivocas eso es una pierna, y una no me sirve, sólo te sirve a ti, además las prótesis son caras, y no quiero que andes cojeando por la vida- digo tratando de ser gracioso, pero esta vez no funciona.
-tienes razón. De nada sirve un zapato si no tienes el otro.

Trini hace otro desconcertante movimiento, se sienta en el suelo, forcejea con su tobillo derecho, se saca un pie. Trata de pararse pero sus extremidades escalenas no se lo permiten, se sostiene precariamente en los muñones y me entrega su otra prótesis.

- Hay tienes el par Evaristo -dice visiblemente perturbada- no era eso lo que buscabas, la maldita honestidad, ahí la tienes entre tus manos.
- Si crees que me asustas, pues no es así- digo tratando de parecer sereno.

Escucho una voz fuerte que pronuncia el nombre de Trinidad. Miro hacia atrás y veo al Guatón maldito. El Janis, al verme adopta una actitud agresiva y desafiante.

- ¿Qué haces Trini?-
- Por favor no te metas Janis, después te explico.
- bueno, pero ya es hora de irse -dice el Janis- se nos va hacer tarde.
- Ya voy Janis, sólo deja despedirme- dice Trini algo más calmada.
- No te demores y trae tus prótesis, son demasiado importantes para perderlas- dice el Janis.
-Puta Janis te dije que no te metieras, además las wueas son mías y hago lo que quiero con ellas.


A pesar que su estatura ha disminuido, su enojo no hace más que irradiar orgullo y fuerza.

-Por favor Evaristo, no me hagas esto más difícil, déjame partir.
- si tú me lo pides lo haré.
- gracias.

Alzo mis manos y le ofrezco sus prótesis, pero ella acepta sólo una, la más grande y me dice que por ahora la otra es mía.

-¿Pero Trini que voy hacer con tu pie?
- lo que haría un caballero como tú, buscar a la dueña de ese pie extraviado.
- ¿y como lo hago Trinidad?
- no seas flojo, ese es un problema que tú debes resolver.
-no me vas a ayudar, ni siquiera me vas a dar una pista de donde puedo buscarte.
- no Evaristo.

Trato de decir palabras de despedida, pero no puedo. Cuando lo vuelvo a intentar, ella se lleva un dedo a la boca y lo deposita sobre sus labios, realizando un gesto de silencio. A lo lejos el guatón maldito me mira amenazante. Ellos parten caminando lentamente, avanzan unos cien metros, se detienen y discuten, el guatón quiere devolverse, Trini intenta detenerlo, le grita furiosa, él la queda mirando, se da vuelta y la toma del hombro. Una cuadra más allá el Janis la toma en brazos y la pone sobre su espalda ancha. Yo los sigo mirando hasta que desaparecen al doblar por avenida Matta.

Tengo un torbellino en mi mente. Estoy afuera del teatro monumental con un pie cubierto por una calceta negra con franjas rojas y una zapatilla Converse de lona color negro. Después de meditarlo un rato me doy cuenta que tal vez hoy he sido victima de un amor “SIN PIES, NI CABEZA”, pero supongo que así son todos los amores.

Camino por la calle con su pie entre mis brazos. Me siento cansado. No quiero pensar más por hoy. A partir de mañana buscaré a la dueña de esta pierna. Por ahora sólo puedo tararear alguna canción de Attaque 77.

Yo no sé lo que sentí, esa tarde que te vi / Yo pensaba en otras cosas, fuiste mucho para mí / Yo creía en tus palabras, tu mirada me engaño / Ahora sé que no sos mía, la culpa la tuve yo / Yo no quise lastimarte, jamás tuve esa intención / Fuimos presos de un impulso, yo sólo buscaba amor. / Y cuando te veía en la calle, no podía evitar / que el silencio se adueñara, me quedaba sin hablar. / Ahora sé que no sos mía, la culpa la tuve yo / Si quieres podes marcharte, sólo te pido un favor / Si aún te queda algo de amor dentro de tu corazón / No me mires a los ojos / Que me muero, yo me muero de dolor / Hacelo por mí.

miércoles, enero 04, 2006

Cuento de Hadas falaz, post-modernista, anarquista, de un hueón que aspira a Principe azul porque quiere comerse a una Cenicienta Peliroja.(Nº3)

No me arrepiento de este amor / Aún que me cueste el corazón / Amarte es un milagro y yo te amé / Como nunca jamás lo imaginé. / Tiendo a arrancarme de tu piel / De tu mirada de tu ser / Yo siento que la vida se nos va / Y que el día de hoy no vuelve más / Después de cerrar la puerta / Nuestra cama espera abierta / La locura apasionada del amor / Y entre un te quiero y te quiero / Vamos remontando al cielo / Y no puedo arrepentirme de este amor.

Estos son los momentos que uno aprecia las ironías de la vida. Establezco una de las mejores conversaciones de mi existencia y de un segundo a otro un gordinflón me derriba de un puñetazo y unos minutos después me encuentro cantando el remozado hit ‘s cumbiero de Gilda “No me arrepiento de este amor”.

Termina el recital de Attaque 77, la gente corea su canción “soy de attaque, soy de Attaque, de Attaque soy yo”. Gritan sin parar como si estuvieran en un clásico de fútbol. El grupo vuelve al escenario, expresando las palabras de rigor. Lo típico, que están muy contento de estar aquí, que son años que llevan viniendo a Chile, y que este show esta dedicados a sus antiguos seguidores y a los nuevos también. Sus discursos ahora me importan bien poco. Voy a una pequeña tarima y me subo sobre ella, desde ahí tengo una mejor visión de la cancha. Buscó a Trinidad, siento una angustia en el pecho, hoy he llegado muy lejos para dar machar atrás. La veo en el sector contrario de la cancha. Voy a su encuentro, cuando llegue al lugar ella no esta ahí. Que salió difícil esta mujer.

Es el último tema de la noche. Ciro anuncia la despedida y comienza a tocar “Vuelve a casa”. Vivo la canción a mil y canto a todo pulmón, dejo mis últimas gotas de sudor en la cancha. Canto por ella, canto por mí y canto por toda esta manga de mal paridos, pero principalmente canto por evocar el romance que no he tenido. La canción va acabar, salgo corriendo hacia la salida, allí la esperé, escudriñaré rostro por rostro, silueta por silueta, hasta encontrarla.

La gente sale a raudal, parece que definitivamente la perdí, ha salido la mayoría de los asistentes del Recital, sólo quedan algunos rezagados que esperan a algún amigo extraviado. Me siento en la berma de la calle y escondo mi cabeza entre las rodillas, después de unos minutos siento una mano en mi hombro. Experimento un leve temor, no será un nuevo puñete de un resentido o unos punketas sedientos que quieren asaltarme para tomarse una cerveza en un sucucho de San Diego. Empuño mis manos y giro lentamente mi cuello. Ella estaba ahí, al frente mío, ¡Trini¡, ¡Es increíble¡. Tiene los brazos cruzados en el pecho y al verme a los ojos me ofrece una de sus manos, la tomo y ella me ayuda a levantarme.

-hola Evaristo - dice Trini mirándome con sus ojos achinados- ahora fuiste tú el que provocó un misterio en mí, con esa actitud tan desvalida.
- es que estaba triste porque pensé que te había perdido.
- no seas melodramático– dice Trini.
- no es melodrama, sino melancolía por algo que no había sentido nunca antes.
- bueno Evaristo, -me responde seria- yo sólo quería pedirte disculpa por el golpe que te dio el Janis.
- Ósea, ese gordo maricón, es amigo tuyo.
-Sí lo es. Es un viejo amigo, nos conocemos desde pequeños –dice encogiendo los hombros- como ya te dije, yo sólo quiero pedirte disculpas.
-Trini yo no quiero tus disculpas, yo sólo quiero salir contigo. –Digo mirándola a los ojos- Quiero conocerte, tal vez algún día salir a tomar unas copas.

La voz de Trini se pone algo temblorosa y ya no me mira a los ojos, apoya su cabeza en uno de sus hombros, y la mueve negando algo que desconozco.

- no sé Evaristo, tus palabras me parecen honestas, pero hay cosas en la vida que no podemos dominar. Además yo no sé si algún día podré llegar a estar con alguien.
- ¿Por qué me dice esto?
- no sé, hay cosas de mí que tú no sabes, y creo que no vas a ser capaz de comprender.
- me subestimas, mejor por qué no haces la prueba, ¿qué es la cosa tan terrible que escondes?
- Evaristo eso es algo que no quiero revelar. Me gustaría que se mantuviera como un misterio, como lo somos tú y yo.
- pero Trini ¿a qué le temes?
- realmente, no lo sé.
- por favor te lo pido, se honesta conmigo.
-no me pidas eso por favor.
-¿Por qué?
- no sé, Evaristo, realmente no lo sé.
- bueno, te propongo algo, porque no utilizas este encuentro como una terapia y me cuentas esa verdad tan terrible que escondes, eso es lo que hace la gente normal, le cuenta sus historias a un desconocido, lo hacen todo el tiempo, en los bares, en el negocio del barrio, en los Mall, por que crees que hay tanto sicólogos sueltos en las calles.
- y para mí mala suerte justo hoy tuve que encontrarme a uno.
- Así es.