lunes, mayo 01, 2006

EL Aula Bizarra (Tercera Parte)

Pero en estos momentos descubro algo, yo no soy distinto a esos vejetes, también me he sorprendido escribiendo garabatos en mi viejo cuaderno de memoria, no sé porque, pero lo hago. Estos son:


Los nudillos
Del viejo profesor
Son cómplices de los muros
Que se vanaglorian
De su impotencia.

Desde su pupitre,
Sus dedos
Dibujan mensajes
Que bailan al son
De las malas miradas.

En el aula,
Su espalda se enfrenta,
A la desidia
De rostros flagelados,
Por la inocua frialdad
De las calles sin nombre.

Las voces jóvenes,
Descansan en los oídos,
Que lo acompañan,
Ellos son la lapida
De la tumba silenciosa,
Donde residen las esperanzas
Del viejo profesor.

Dejé fluir las palabras, las imágenes sin ninguna pretensión, sin afanes de trascendencia, ¿si es poesía? No me interesa, lo que importa es desahogarse, estaba aburrido, y encontré esta solución. Talvez estas palabras sólo tengan sentido para mí, es como hacer una clases sin planificación, es enfrentarse a una manada sin miedo de ser aplastado, es peor, es asistir a una reunión sin la obligación de asistir, donde tu figura esta sólo asegurada por el miedo a no encajar con tus pares, así es. No sé porque algunas situaciones me ponen sensible o mejor dicho insensible. Termino el Consejo Técnico, es momento de partir.

El martes a primera hora el Director acompañado por el Inspector General interrumpen mi clase de cívica con el 3ºA, no es la mejor forma de empezar la mañana, me piden un minuto, como negárselo, adelante –dije, con indiferencia-, para mí sorpresa los mandamases no vienen a dar una información, vienen directamente a reprimir.

Jóvenes las cosas nos cuestan demasiado, para que ustedes las rompan- dice el director enojado-, ahora quiero que los alumnos que estaban rayando el vidrio de la sala con un esmeril, sean bastante hombrecito y salgan adelante. Frente al silencio de los alumnos del 3ºA, el Director reacciona, ¡sí yo los vi!, ¡Desde la calle!, No pude ver su rostro por el reflejo del sol, pero estoy seguro que fue en esta sala. El director apunta al final del aula y dice, -ustedes cuatro a mi oficina-, se levantan de sus pupitres los cuatro jóvenes del fondo con sus mochilas, cargado en su espalda la amenaza de expulsión si no delatan a los culpables, los mandamases me dan las gracias, y se retiran con sus sospechosos. Silencio estrectral, todos se miran, ¡que cagada!, si hasta el momento el curso se comportaba de excelente forma, cómo me traicionan, no lo puedo creer, esto no es muy bueno para mi condición de profesor reemplazante. Me paseo por la sala, y observo sus rostros, sé que debo decir algo, que mi misión es orientarlos en el buen camino, ¡já, já, já!, como si supiera cual es el buen camino. Justo el día antes, en el consejo técnico el Director habían hablado de los continuos atentados a los inmuebles del colegio y que los profesores teníamos la obligación de identificar y castigar a los alumnos sorprendidos en estos actos, las medidas debían ser ejemplificadoras, para estos caso se recomendaba derivarlos a la inspectoria. ¡Que encrucijada!, ¿Debo orientarlos desde mi experiencia?, ¡Pero no me gusta hablar de mí!, Me da la impresión, que al contar parte de mí vida, estoy trivializando mi experiencia, transformando mí sufrimiento, mí angustia, y contradicciones en un cliché moralizador, ¡Nunca me gustaron los clichés!, Mis recuerdos son algo muy intimo, para que sean ignorados, no me gustaría que ellos se trasformaran en material de burla de mis alumnos. Los jóvenes esperan palabras mías, no hay remedio, debo actuar.

¡Atención jóvenes!, ¿Saben lo que me molesta de ustedes?, Es que piensan que los profesores somos unos marcianos, unos monjes tibetanos, pero muchos de nosotros pasamos por las mismas pellejerías que ustedes, deberían atreverse y confiar más en sus maestros.
Yo también fui joven, me embriagué en las calles, caí preso y pase la noche con desconocidos borrachos en un calazo con olor a orín, me aburría en clase de Historia, lance piedras a carabineros, robé almacenes, me agarré a combo en las calles por simple diversión, besé y amé a mujeres sin compromiso y hasta fui apuñalado por una manga de pasturries, ¡pero salí adelante!, ¡ Hice algo productivo con mi viva!, ¡Ahora soy profesor!, Porque de joven siempre albergue secretamente el interés de conocer y cultivarme- sin importar lo que pensaran los demás-, porque no me agradaba que los adultos me mintieran, porque me gustaba caminar a la contra, porque anhelaba ser una persona conciente y creo que lo logré.

Pamplinas, no puedo decirlo, ¿quién soy yo?, Un cura, un mormón con traje y bicicleta dispuesto a vender mi religión, no quiero transformarme en eso. Aprovecho la estructura del sistema educacional y me cobijo en el doble estándar, lugar donde todos los profesores poseen vidas ejemplares, carentes de un pasado oscuro. Como muchos sólo hago lo que puedo.

Jóvenes, no los estoy acusando, pero si los cargos levantados por el Director son ciertos, y alguno de ustedes es culpable, sería una verdadera vergüenza. Muchachos deben darse cuenta que la Escuela será una de las pocas oportunidades que van a tener en la vida para rodearse de cultura y deberían aprovecharlo. Deben dejar de ser auto complaciente y asumir la responsabilidad que tienen con la vida y tratar de ser mejores seres humanos, y para ello deben educarse, dejar la flojera aun lado, no pueden esperar que todo se lo de hecho el profesor o sus padres, ustedes solos pueden educarse, aprovechen el tiempo y lean, lean mucho, lo que sea, escriban, desarrollen un discurso propio, rebélense ante la ignorancia o siempre van a marcar el paso. Les doy algunos ejemplos, que les pueden servir de inspiración. Los atentos rostros de los alumnos me asustan, pero su silencio es música para mis oídos, -enjoy the silence como la canción de Depeche Mode-, continúo mi clase de cívica sin inconvenientes.

El resto de la mañana se deslizó apaciblemente, lo único que atentaba contra ese equilibrio era mi voz, cada vez más tenue y forzada, cada palabra se trasformaba en una odisea, los sonidos emanaban desde mí estomago en una extenuante maratón hacia mi garganta, en ese lugar se producía una congestión donde los sonidos perdían toda coherencia, lo que salía a la superficie era una alarido suave y desgarrador, similar a una plegaria, raramente esa vibración captaba la atención de los alumnos, como si presenciaran una espectáculo donde la muerte era el juez de todos los acontecimientos pero que nunca dictaba un veredicto, era lo más parecido aun encantador de serpientes, por lo menos así me sentía. Fueron unas clases excelentes.



Me carga enojarme antes del almuerzo. Un mocoso desagradable y tonto de nombre Cristián Pílquiman del 3ºA logra ganarse mi desprecio, el tipo molestó e interrumpió toda la clase, le llamé la atención y le dije que era la última vez, pero me contestó mal y lo anoté en el libro de clases. Hasta ese momento todo era normal, la clase se desarrollaba en completa calma, pero al finalizar Cristián me fue a buscar a la inspectoria.

El desfachatado me exige explicaciones por la anotación. No me hago problema, se las doy.

-¿Profe usted no sabe lo que hizo? –me dice en tono desafiante.

-Claro que sí, te anoté, porque no me dejabas desarrollar mi clase.

-no sabe que por esa anotación me pueden expulsar del colegio.

- no sabia Cristián, pero ese problema lo podemos solucionar fácilmente-, digo conciliador.

-¿y como?, Pregunta alterado.

-Mira, si tú te comportas bien en las pocas clases que quedan, te coloco una anotación positiva, diciendo que haz mejorado tu comportamiento y rendimiento en la sala de clases.

- ¡esta equivoca’o Profe!, ¡Yo no voy a mejorar mi comportamiento!, ¡Yo no cambio, yo soy igual en todas las clases!

- bueno ese es problema tuyo, ¡porque yo soy un hombre hecho y derecho! Y si tu piensas que yo voy a cambiar mi carácter por ti, estas equivocado, eres tú el adolescente, tú tienes la oportunidad de cambiar, si no lo haces ahora después va a ser más difícil que lo logres, yo te doy una alternativa, si no la toma, es problema tuyo.

- no pasa profe yo no voy a cambiar. Además usted no sabe lo que hace, - dice Cristián en tono amenazador.

- ¡en eso te equivocas tú!, Yo sé lo que hago, - respondo sereno.

Pílquiman se retira con cara de ogro, chispeando los dedos.

8 comentarios:

::: Isis ::: dijo...

Me gusta leer lo que escribes, pienso que eres un buen profe por lo que expresas... me gusta eso de sentir que eres diferente a los tipicos profes que se sienten lejano a todo lo que ven en sus aulas.

Saludos.-

alikis dijo...

Buena tu clase.
Uno siempre tiene esa tendencia a idealizar a sus profes e imaginarlos como enciclopedias andantes.
El fin de semana me encontré con una profe y confirmé los rumores: era alcohólica.Tuve que parar la situación pues ella se estaba poniendo realmente muy mal. En fin, sólo es un humano más con sus carencias, como todos......

Fernando dijo...

Me hiciste recordar a un profe que del que me hablaba mi hijo, decía que era bacán por que se preocupaba de verdad, para que hicieran algo bueno de su vida. Al parecer los muchachos notan cuando los educadores se comprometen con lo que hacen.
Creo que eres un gran tipo y un exelente profesor.

Catalina Pimentel dijo...

pucha, este estuvo bien largo pero preciso, porque hace poco hice un post sobre mi profe que da discrusos livianos que no le llegan a nadie, claro, nosotros sabemos que somos lo peor pero no necesitamos que nos lo recuerden

·º·DarkAngel·º· dijo...

... enjoy the silence ...

Tú mismo lo dijiste, a nadie le gusta que le mientan. Los alumnos necesitan la verdad tanto como conciencia de donde están, qué pueden lograr y cómo.
No es necesario, creo yo, confesar los "pecados" cometidos, pero sí acercarlos al hombre que es el profesor, a la persona que puede apoyarlos y que por sus ideales (que nunca los lograrán destruir) los quiere ayudar.

En tus palabras se nota la impotencia. Impotencia ante la indiferencia del sistema educacional, de la violencia que viven cada día los niños, de los oídos sordos. Sin embargo, no eres igual a los viejos profesores que mencionas. Yo veo la intención, vocación social quizás, de sacar adelante a los cabros. Quizás aún no ves cómo.

En el programa "Mi mundo privado", alcancé a ver la experiencia de un colegio de Quilicumbia. El colegio dirigido por toda una familia, donde la madre es la directora, hijos y padre, profesores y colaboradores de talleres, apenas podía seguir adelante por problemas económicos, el asunto salía adelante a pura voluntad. Los niños (de cursos hasta 8vo) eran todos problemáticos, se relacionaban en su entorno con la delincuencia, violencia, drogadicción, etc. así de tan chiquitos. Me emocioné viendo cómo los profesores trataban de sacar adelante a cada uno de ellos, de hacerlos participar en talleres, en actos, de hacer que reconocieran el valor de cada uno y que pueden salir de la vida de mierda en que están metidos. Una de ellas decía que NUNCA votaría para que se fuera un alumno conflictivo, porque ellos van a clases, valoran donde están y todos pueden llegar a ser gente de bien, siempre hay que darles la oportunidad. Si les cierran esa puerta, tan jóvenes, en ese fracaso verían todo perdido y ya no habría casi nada más que hacer.

Siento haberme alargado... había leido varias veces el post y quería comentar algo que pudiera ser un aporte. Es un tema muy dificil.

Fe, es la palabra. Confianza en las personas como las de ese colegio y usted.

(me siento incómoda escribiéndole de tú, por eso a veces es usted y otras tú .. :P )


Saludines

Arlene Griselle dijo...

Yo tengo muy buenos recuerdos de unos pocos maestros, desgraciadamente no todo el que estudia pedagogía lo hace por amor y vocación.

besos

carmEn farming dijo...

me saco el sombrero
creo que nunca podria hacer clases
me falta paciencia
eso si,
me habria encantado tener un profesor como tu,
sin duda

bueno saludos
y gracias por la visita

dra.lovE

alma... dijo...

ufsis!!! me senti en tu sala querido, graciosas clases tienes... buena terapia de autoconocimiento y practicas de atencion dirigida, es bueno tener esas oportunidades en la vida...
sorry por no aparecer, pero estoy en chillan, por pegas, no tengo mucho acceso a la red, lo que dificulta todo, con respecto a tu invitaciòn, me parece super, tendremos que esperar "a que las circunstancias sean favorables"
saludos para ud. y felicitaciones por su clase.