lunes, septiembre 12, 2005

Una Caida en una noche de Lluvia (Primera parte)

Entramos al Night Club a eso de las once de la noche, el Show comenzaba en media hora más. Osvaldo pidió una piscola. No me quedó otra que pedir un Vodka tónica. El recinto estaba casí repleto, había dos grupos bien definidos, los primeros eran unos oficinistas extranjeros que estaban realizando la despedida de soltero a un Gringo alto y gordo, vestido de presidiario, el otro era un lote de empleados del sector. Además de ellos la concurrencia estaba compuesta de mirones solitarios y trabajadores de la construcción. Cuando salió la primera chica, todo el auditorio se volvió loco, era una delgada morena de cuerpo fibroso y pequeños pechos, tenía unos rasgos duros en su rostro y una chasquilla calentona a media frente, su nombre era Trinity.

Las chicas se sucedieron en el escenario, el publico aplaudía a rabiar a pesar que las bailarinas no era del todo atractivas, más bien tenían un cuerpo típico de Lola de barrio, con su pequeños y sobresalientes abdomenes que eran disimulados por una faja. Me molestaba ver la cara de babosos de los viejos y los constructores, que gritaban sin parar, me gustaba permanecer distante a los acontecimientos, como si fuera un fantasma. No faltó el califa que no se pudo controlar y trató de pegarle un agarrón a las nudistas, pero el que se llevó el agarrón fue él, y no precisamente de una mujer, sino de un bestial mastodonte vestido de negro, que lo lanzó a la calle. Al finalizar el Show, pasamos a una discoteca que estaba exactamente al lado del Night Club, estaba lleno de treintonas y de jovencitas fanáticas del Reggaetón.

Junto al Osvaldo nos tomamos otro trago, y otro trago, comencé a entrar en una especie de trance al observar como se movían los ajustados pantalones blancos y celestes de las frescas jovencitas, que hacían gala de sus provocativos petos de colores.

Traté de mantenerme incólume a esos impulsos. Pero no pude, justo cuando estaba a momentos de enloquecer por una extraña ansiedad, una señora cercana a los cuarenta, de mirada caliente y de movimientos desesperados, se posó delante de mi persona y comenzó a moverse, me miró como si quisiera comerme, le seguí el juego y comencé a bailar, la señora me toma de la cadera y acercó mi pelvis a la suya, frente a ese estimulo dejé caer mis manos sobres sus pechos y los toqué suavemente, ella no dijo nada, es más me daba la impresión que le gustaba. Ella se entusiasmó e intentó posar su boca sobre la mía y me lanzó un par de lengüetazos que intenté evitar. Rechacé a la señora no por que me fastidiara demasiado, y no quisiera comérmela, sino que estaba evitando caer en un circulo perverso, uno no puedo tirar con la primera mina que se cruza por el camino, no quiero solo aspirar a encuentros casuales con mujeres desesperadas. Es triste. Quería acabar con esa racha de Wuatas libidinosas y justo elegí esa noche. Creo que me equivoqué.

Hace tiempo que no me sentía de esa manera, tan angustiado de nada, tan melancólicamente exasperado. Me siento en la barra y pido otro vodka tónica.

Traté de conversar con Osvaldo, pero en esos momentos ya no podía escuchar nada. Intenté pronunciar palabras acertadas sobre temas que no recuerdo, le dije que esperaría hasta que cerraran la disco y me iría para la casa, supongo que después nos despedimos.

Aparecieron algunos colores frente a mi cara, me dolía el cuerpo, especialmente la rodilla izquierda y la cabeza. Un joven de unos 20 años me preguntó que si estoy bien, - le contesté que algo- después de unos segundos entré en razón y me doy cuenta que tenía una herida en la ceja y que me sangraba profusamente, le pregunté al muchacho de blanco ( el cual supongo que era un camarero o cocinero) que me había pasado, Él me dijo que me encontró tirado en el suelo del baño. Frente a tamaña revelación no quise preguntar nada más. (Era un mal momento para introducirse por eso laberintos llenos de culpa, después tendría suficiente tiempo para esos resquemores) Revisé mis bolsillos, parecía que tenía todo el dinero, el celular estaba intacto, pero me faltaba mi abrigo negro. El dependiente del lugar me limpió la herida con agua oxigenada y me pasó un algodón para que lo presionara en el corte de mi ceja, al salir en busca de mi abrigo todos me miraban con si fuera un monstruo o un delincuente, o simplemente la victima de turno, el pobre hueón al cuál había que tenerle lastima.

Mi cara seguía sangrando, cuando volví a la cocina sin noticias de mi abrigo, otro tipo me detiene y me pide por favor si puede curarme la herida, pues no dije nada y me senté en una silla de metal, y moví la cabeza en señal de consentimiento. Él me colocó unos parches en la ceja para obstruir la hemorragia, después de eso salgo a la pista de baile, estaba vacía, algunos empleados hacían el aseo, busqué en los rincones más escondidos, me tropecé un par de veces con los escalones, parecía un zombi sin rumbo. Me pronto, sin querer me acerqué a la custodia y pregunté si se encontraba un abrigo negro, ellos me contestaron que sí, pero declararon efusivamente que no podían devolverme el abrigo si no tenía el comprobante, en ese instante vacié mis bolsillos sobre la mesa y busqué en mis circunstánciales cachureos y ahí estaba el boleto, arrugado como miembro de anciano.

El paradero estaba desolado, caían unas tímidas gotas de lluvia. Esperé y esperé sin resultado. Saqué mi celular y llamé al Osvaldo y le Pregunté que estaba haciendo, el simplemente me dijo que estaba en un topples del centro, me dió la dirección y le respondí que en unos minutos estaría haya.

Cuanto es, le pregunté a taxista, -él me respondió que mil pesos-, saqué de mis bolsillos un billete y se lo pasé. Después de unos segundos busqué uno de diez Lucas y no lo encontré, le reclamé al chofer que me devolviera las diez lucas, él concentrado en el volante me juró que nunca le había pasado esa cantidad y me mostró todos los lugares del auto donde guardaba el dinero. Convencido y pensando que pudo ser una mala jugaba de mi embriaguez, me quedé tranquilo. El caballero me preguntó a donde iba específicamente, él me ofreció amablemente ir a dejarme a la puerta y le respondí que a un topples. Al final, le terminé preguntando sobre los mejores prostíbulos del centro y él me entregó su ranking.

-Pues, hazte famoso y llévame a uno- dije decidido.

8 comentarios:

Clayton, una vez fui pingüino dijo...

no sabía que te decían "el ombligo"

(por andar rodeado de watas)

¡y cual es el mejor prostíbulo?

Roberto_Carvallo dijo...

Clayton: los que lleva el negro, ( ní siquiera invita)..te lo aseguro que no...

cuervo: te aseguro que el personaje lo primero que se revisó fue el orto, despues la ceja.

eterno despite: simplemente saludos.

Fab Llanos dijo...

jajajajajaja. tenis que buscarte una mina sólo para que te cuide de no perder la virginidad anal o las lucas: si las pierdes, que no sea con un taxista sino en un motel o en una comida, pero.... CON UN TAXISTA!!???
En fin. Buena historia. El nombre de la toplería no me interesa. Sólo iría si hubieran hombres (negros o mulatos) empelotas y pa eso, tampoco pagaría. Esos son gratis.

TinoRO dijo...

Esta wena la cosa, ¿cuándo viene la segunda parte? (para el puto discurso moralizante o felicitador)

Saludos,
Tino RO.
(no soy morboso, solo me hago)
(hueón? si, a veces, gracias)

El señor K. dijo...

Qué raro verlo inconsciente por efecto del copete (no seas patudo y le eches la culpa a desconocidas sustancias, que para eso Suecia no más).
Debe usted hablar de otro que no es usted.
¿Topless?
What is this?

Roberto_Carvallo dijo...

no le heché la culpa a nadie, además el personaje es muy longi, no cacha para donde va la micro. el loco no le hecharon nada en el trago, solo se le apagó la tele, un black out, nada de pastillas misteriosas.

y eso llamado topless, o local de bailarinas nudistas, no los conozcos, solo escuché hablar de ellos en una conversación de bar.
el negro me contó, pues mi educación fuertemente cristiana no me permite darme esas libertades, eso es pecado.


adios K.

pomelo dijo...

tremenda nochecita, con bailarinas, agarrá de tetas, magullones y heridas en el cuerpo y quizas quien sabe mas, un agarron de culo, una rayaita de pintura de algun gay disfrazado.
tenes que cuidarte nene, que cualquier noche te pierdes en la oscuridad...
toples, nunca fui a uno...creo que tendre que visitar uno de estos lugares pronto. hay cosas en esta vida que hay que ver con los propios ojos.
un abtazo grande, profe

Roberto_Carvallo dijo...

saludos a todos por sobrevivir el 18.
se nos viene el año nuevo a prepararse.

Poli: tanto tiempo que no se paseaba por aca se le hechaba de menos.