sábado, abril 07, 2007

¿Mentiras Piadosas? ¿Sinceridad Brutal?


Llegué apurado a la sala de clases. Sin querer me tropezaba con mis propias palabras, mis confusiones eran más enredadas que un zarzamora. Esa inmovilizante sensación de duda me paralizaba, necesitaba sacar lucidez de algún lugar, ¿pero donde?, tenía que dejar de pensar, sólo actuar y conducirme por intermedio de mi instinto. Necesitaba urgentemente guardar mis problemas en algún recóndito lugar de mi memoria, un lugar donde el olvido fuera más fuerte que mis ganas por recordar.

Traté de buscar tranquilidad en el libro de clases, comencé a nombra apellido por apellido, desde A a la Z, desde Aranguiz a Zapata, pasando por Morales y Soto. Mi voz y sus lacónicos presentes profesor, me hicieron ver un pequeño halo de tranquilidad. La seguridad de mi hablar y movimiento volvió radicalmente, como una ola que golpea la arena del litoral.

Pero esa frágil seguridad que alcanzaba estaba condenada. Justo al terminar de pasar la asistencia un bosque de manos nuevas se alzaron en señal de pregunta. Por un segundo pensé que me paralizaría, sabía que tanta dedos apuntando el techo no era nada bueno. Frente a ese imprevisto, reaccioné como acostumbro de los momentos de crisis, con descaro y una sinceridad brutal.

-Profesor Roberto usted nos prometió que hoy veríamos una película sobre la sociedad del siglo XXI- dijo el joven Ignacio Ibarra.

Maldición, Ignacio tenía toda la razón, pero para mi infortunio había dejado la película “El Oso Rojo” de Adrián Cayetano en la casa, además había olvidado reservar la sala de multitaller para exponer el Film.

-Jóvenes escuchen con atención; hoy les enseñaré una lección que nunca olvidaran ( Que pretencioso sonaba de mi parte):
“Los adultos solemos mentir” no lo olviden, como a mí se me olvidó la película”, pero ese pequeño inconveniente no es motivo para dejar de hacer clases, hoy veremos otra realidad del planeta en el siglo XXI.- dije con total desparpajo.

Algo increíble empezó a desarrollarse. El curso se quedó en silencio, no hubo ningún signo de reclamo. Pensé que al confesarle mi verdad el curso estallaría en alaridos quejumbrosos pero no fue así. Para mi sorpresa mi confesión adquirió un tono tan solemne que ningún alumno me cuestionó. Era un verdadero milagro. Pero quedé con una gran sensación de vacío, frente a una pregunta ¿Por qué los alumnos actuaron de esa manera?

- Será que los jóvenes aceptan la verdad a pesar de su crueldad de una mejor forma que los adultos, o talvez ellos buscan sinceridad ante todo. O el fondo del asunto residía en la confianza y compenetración que estábamos adquiriendo entre alumnos y profesor. Prefiero pensar que es la última alternativa y que los alumnos respetan mi sinceridad y persona, sabiendo que soy un viejo de historia con una cabeza de pollo de primera. Aceptándonos tal como somos con virtudes y defectos. Si es así vamos en el camino de un aula más Humana y plena, con ausencia de juicios y pre-juicios.

9 comentarios:

alikis dijo...

Hola Profe:
Creo que estamos tan acostumbrados a escuchar mentiras para justificar los errores, que escuchar la verdad abierta y sin anestesia, es digno de respeto.

Saludos nocturnos

P.D: Cómo está el post operado?? volvió a las andanzas?

::: Isis ::: dijo...

Las mentiras son pan de cada día y por mas que tratemos de no hacerlo no falta cuando caemos en aquella falta, porque a pesar de ser piadosas, blancas negras o como quieras llamarles son mentiras al final al cabo.

Es interesante ver decir siempre a las personas prefiero que me digan la verdad, sin embargo muchos no lo hacen.

Tema complicado.

Creo que siempre sera mejor valorada y tomada la verdad por mas dura que sea a vivir en una piadosa mentira eternamente.

Saludos!!!

Espero que estes bien de tu operación... cuente como le ha ido.

Claudia Castora dijo...

Este negro solemne y metafórico me para los pelos.
(Además de sus fotitos Don, en que cada día luce más sanito)

Na po amigo, hay de todo un poco.
De pronto uno de mis hijos me dice: Acuérdate que dijiste tal cosa.
Y yo cara de madera le lanzó incólume un: "Te mentí"
Silencio absoluto, nadie dice nada.

Una dosis de confianza en el trato, otro tanto de valorar la sinceridad, un poco de desconcierto ante tan inesperada respuesta...vaya uno a saber, la cosa es que resulta y uno nunca se terminar de sorprender ni de lo brutalmente sinceros que podemos llegar a ser ni de la juventud actual tan abierta al monólogo no?

Un besote.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

MENTIRAS??

...Cuando nos damos cuenta de que una verdad dicha o hecha es una mentira??

...Cuando otra verdad llega y la remplaza...

...este e sun mundo plagado de mentiras...la humanidad es una mentira-....

.... cambiando la frase concluyo con que...

...No existe humanidad sin mentiraso mentiras sin humanidad...

bueno es seria mi pequeño y no muy buen aporte

PD: no odio a la Iglesia solo q la encuentro OTRA MENTIRA ....

ja...

adiso y hasta mañana Estimado...

Srta. Sotomayor M.

·º·DarkAngel·º· dijo...

Mmmm, también podría ser que la reacción de los alumnos fuera asi por desinterés más que otra cosa. Esa sensación de que las cosas no van a salir mejor aunque gastemos energía en ello, y luego... para qué, para qué reclamar, para qué criticar, para qué indagar... si finalmente da lo mismo, importa un bledo... finalmente y quizás hasta era más probable que el profesor no cumpliera con lo que había anunciado a que llegara con la sorpresa del video. Y no es culpa del profesor sino de la actitud de los alumnos, el desgano, desinterés.

Y de que la sinceridad se valora... eso es tan relativo. Si fuera asi, la mayoría de las personas seríamos sinceras... y no es así, creo.
Creo que otros valores como la solidaridad, generosidad, lealtad, justicia, etc. son más importantes y creo que la sinceridad se acomoda a ellos.
Y no hablo de la verdad, porque esa no existe. Cada uno tiene una verdad. La ciencia tiene una verdad, que a la larga no es más que una teoría que se va comprobando o refutando o complementando, pero nunca es una verdad con todas sus letras... creo :P


Saluditos.

Ella en la cama dijo...

Estimado:
A veces es bueno decir la verdad. Otras, no tanto.
Te lo aseguro.
ciao querido

Claudia Castora dijo...

Ya pos negro aparezca
¿Quien te tragó?

Mata Hari dijo...

Aburridos de la ipocresia y mentira es un gran alago para cada uno de nosotros que algien, en algun momento nos diga la verdad por muy difil que pueda ser, asi respetaremos hasta lo mas minimo.

saludos!!