jueves, julio 21, 2005

El Lejano Sonido De Las Sirenas.( Primera Parte)

La sirena de la ambulancia alarma a los pobladores de la Nueva Peñaflor. Pedro ha sido apuñalado, los enfermeros lo suben a la camilla y lo acomodan en el vehículo. Unos metros mas haya dos personas yacen moribundas en el pavimento. Los carabineros cercan el lugar y trabajan el terreno del suceso.

Los enfermeros conducen raudos por la avenida. Pedro mira a la doctora, ella delicadamente le toca la frente, Él le pregunta si se va a salvar, la doctora no contesta, pero le esboza una sonrisa.

La doctora desnuda al paciente, reconoce su cuerpo apuñalado. Pedro se pone de espalda, la doctora toma una botella de agua oxigenada y la voltea sobre el cuerpo ensangrentado, con una gasa limpia los cortes, luego procede a suturar las heridas.

Pedro nunca pensó que iba a estar en posición de matar a alguien, siempre le causó culpa dañar a otras personas, el remordimiento era un peso que le costaba cargar. Pero no le quedó otra alternativa, eran ellos o él, además él trató de evitar el conflicto pero ellos insistieron en enfrentársele. Ahora su vida colgaba de un hilo y parece que su batalla no tuviera sentido.

La sala de espera de la Urgencia del Hospital de Peñaflor se encuentra llena de enfermos, la camilla pasa directamente a una sala ubicada al interior del pabellón, destinada a los pacientes graves. Las personas que esperaban en el lobby observaron con incredulidad el episodio.

Él no tiene miedo, sabe que ya no puede hacer nada, que todo esta en manos de otros, el ya hizo su parte que era llegar vivo hasta el hospital. Toda ansiedad y nerviosismos alteraría su animo, y eso puede ser perjudicial para su frágil presente. Pedro abre los ojos lo más que puede y trata de observar lo que sucede a su alrededor, si los cierra puede ser la última vez que vea algo.

Los doctores se mueven eléctricamente. Giran su cuerpo, limpian sus llagas con un nuevo antiséptico, el paciente siente una presión en el pecho, todo se vuelve confuso para Pedro que intenta infructuosamente mantenerse conciente. El doctor a cargo de procedimiento ordena un pleurostomia en el pulmón derecho (drenaje que busca sacar la sangre y el aire que oprime al pulmón), el doctor asistente cuenta tres costillas e infiere un corte, en él introduce dos tubos en su pulmón. Una vez estabilizado el paciente lo deriva a la sala de radiología, Pedro se mueve por sus propios medio y trata de sentarse en una camilla, en esos instantes se desvanece victima de un paro cardiorrespiratorio.



Un año antes, Pedro intervino en un asalto a una señora, no hizo mucho, sólo se paró a un costado de los asaltantes y los increpó, al observar el revuelo los maleantes arrancaron. Era la Primera vez que se enfrentó al Porcino y al Lenteja.

2 comentarios:

S. M. L. dijo...

Profesor Carvallo
Ignoro cómo llegaste a mi blog. Te agradezco sobremanera la visita, las únicas que han tenido mis dos últimas historias. Me gusta tu veta periodística, aunque debes tener cuidado con algunas graves faltas ortográficas. Esto de los blogs de alguna forma es un acto de exhibicionismo, de exposición pública. Estamos expuestos.

Roberto_Carvallo dijo...

m.m.m. llegué a tu blogs a través al sitio de la señorita Moro, pues me reía mucho con tus post, implacablemente sinceros.

en relación a las faltas de ortografía, es un ripio grave que tengo, pues a pesar que a veces reviso los texto, no veo las faltas, hasta la leo correctamente, lo que me inmagino y redacto no es lo que escribo, es un falla visual. además tengo un serio problema con el taclado. por eso si puede puntualizar las faltas se lo agradecería, es una ayuda para crecer.

además se que estoy expuesto, siempre es así, pero en la red no tengo ningún miedo como en la vida real.

adios.