miércoles, enero 30, 2008

Ruptura III: El Final


Primera Parte:



Segunda Parte:







Llevábamos dos meses y medio de relación, las cosas funcionaban entre nosotros, me sentía cómodo con ella. Mi problema comenzaba cuando volvía a la soledad de mi hogar.

Los sábados llegaba a su departamento de providencia a las 16:30 aproximadamente, nos saludábamos y nos poníamos a ver películas infantiles con Pablito su hijo de tres años, él cantaba y bailaba al ritmo de las imágenes, mientras nosotros nos recostábamos en la cama, nos abrazábamos y acariciábamos, de vez en cuando Pablito dejaba de prestar atención a la pantalla, se acercaba a nosotros y regaloneaba junto a nuestros cuerpos.

La Relación con Pablito no fue fácil, y en realidad nunca le otorgué mucha importancia en hacerme el simpático con él. La primera vez que lo conocí fue en un paseo a la playa, se escondió detrás de la falda de su madre y cuando ella lo dejó sólo para ir a prepararle el biberón, me observó con sus lindos ojos cafés, se corrió su pelo de la cara, se acercó y me golpeó con una patada en las canillas, desde ese momento lo comencé a ignorar, era completamente indiferente.

Realmente no sé cuando las cosas cambiaron, cuando fue el punto de quiebre entre nosotros, sin darme cuenta Pablito me abrazaba y me decía con total desparpajo que me quería y extrañamente sus sentimientos primitivos eran correspondidos. Jugábamos fútbol, le enseñaba a pegar patadas, a boxear, me gustaba mostrarles las cosas incorrectas y que no deben realizar los niños. Pablito era un verdadero acróbata, se lanzaba de las escaleras a mis brazos sin una pizca de temor, sinceramente comenzaba a encariñarme mucho con ese niño. Pero había un problema, no deseaba cumplir un rol paterno, tampoco buscaba formar una familia, aún era muy egoísta para embarcarme en semejante empresa. Era un rollo mío, pues ese rol nunca me lo designaron, su madre nunca me vio con esos ojos.

Por otro lado, la relación de Helena con su ex pareja, funcionaba, a medias pero funcionaba. El Lucho Pérez ( Tenía el mismo nombre que el gran héroe de la final de la libertadores del año 1991, cuando convirtió los dos goles del triunfo sobre Olimpia de Paraguay, en el campeonato continental de Colo-Colo) era un artista de talento, sus obras eran reconocidas en los círculos intelectuales del oficialismo, pero siempre vivía en la pobreza y al borde del alcoholismo, solo se controlaba por el amor infinito hacia su hijo. Pero en el ámbito económico no aportaba ni con el vuelto del pan. Además siempre decía que se iría a Francia, que ahí reconocerían su talento como documentalista y cineasta. A pesar del gran nombre que poseía la ex pareja de Helena, sentía que el Lucho era un insoportable petulante, con él ni a misa.

Nunca he sido un obsesionado con el sexo, reconozco mis carencias y saco partido a mis fortalezas, entonces no me enrollo demasiado. Pero en ese ámbito me sentía cómodo, parecía que Helena lo disfrutaba, y yo me sentía satisfecho, realmente la cochinada estaba bien.

Generalmente nos tomábamos un trago, un vodka con naranja, conversábamos de la vida, del trabajo, sin darnos cuenta, cuando el licor se vaciaba de nuestros vasos, comenzaban los besos a recorrer nuestros cuerpos, sudor, gemidos, y la entrega, las sabanas adoptaban los contornos de su espalda y piernas que se movían a ritmo de los crujidos de la cama. La penetraba fuertemente y sus secreciones recorrían mi entrepierna. Apuraba el ritmo y me detenía en sus ojos para leer su placer, cambiábamos de postura, ella apoyaba su cara en las almohada y entraba por detrás, posaba mis manos en sus caderas, sus espalda me mostraba músculos y formas que no conocía, que hablaban y se estiraban por el placer. Solo era cuestión de tiempo que uno de los dos terminara.

Una vez calmado y recostados desnudos en la cama ella me besaba y se retiraba a dormir con su hijo.






Cuando me juntaba con Ernesto a conversarnos un trago, siempre salía el tema de las mujeres.

Él estaba en una crisis, llevaba cuatro años de una intensa relación con Mónica, él me confesaba que en la intimidad de la cama se relacionaban a la perfección, sexo salvaje, la cama era su lugar de comunión.

Pero la vida no era sólo sexo. Su cotidianidad era un batalla, no existía un día que no tuvieran un conflicto, lo celos era la principal causa.

Cuando Ernesto y Mónica caminaban por las calles del centro de Santiago, la normalidad desaparecía, los peligros de conflictos se deslizaban por todas las avenidas. Se aproximaba a unos diez metros por Ahumada una mujer de cabellos castaños de traje negro ejecutivo, contorneándose con sensualidad y éxito, con un cuerpo ardiente. Ernesto la divisó desde lejos, la sintió atractiva, pero también la intuyó como un problema. La atractiva ejecutiva de piel morena y cabello castaño, atravesó por la calle al costado de Ernesto y él miró hacia el frente evitando cualquier contacto, sin embargo Mónica midió cada pisada de la atractiva ejecutiva, contó sus pasos, sintió su sensualidad andante, y clavó sus ojos en Ernesto, calculando hasta el mínimo movimiento de su amante pareja, el contacto entre él y la ejecutiva debía ser nulo, no debía existir. Solo la presencia de ella en su camino despertó la inseguridad de Mónica desatando sus celos.
!Deberías darte con una piedra en el pecho por tener a una novia tan bonita como yo¡- dijo enojada Mónica.
De esas simples rabietas estaba harto, Ernesto no podía vivir sin tener problemas con Mónica, tarde temprano tenían que romper su compromiso.

Ernesto necesitaba un cambio. Esa sensación de transformación hizo que me cuestionara, yo también necesito cambiar la página de mi vida, me siento cómodo con Helena, pero eso no me basta. Necesito nuevas batallas, romper con la rutina, quiero golpes en mi corazón, estoy cansado de está calma.

¿Pero cómo termino la relación?, ¿qué hago para que ella no sufra?, ¿puedo evitar ese sufrimiento?

Le digo la verdad, o la encubro con pequeñas mentiras. Como confesar que la rutina mató mi pasión, y que veo que nuestro planes de vida son distintos. Que no estoy dispuesto a un cambio para sustentar está relación.

Cuando terminé la botella, los dos quedamos convencidos que debíamos terminar nuestras relaciones amorosas y comenzar una nueva etapa de juerga y búsqueda.

Me dirigí a Santiago dispuesto a terminar con Helena, no pude hacer otra cosa que mentir. Me escudé en mi maldito miedo al compromiso.

Adiós Helena, te quise, pero esta despedida es para siempre. ¿ O no?

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca digas nunca jamás... decía Mr. Bond.

Un saludo desde el Otro Lado.

Anónimo dijo...

Uno nunca sabe las vueltas de la vida.....

Saludos,

María José

Srta. X dijo...

maldita y pxta rutina...siempre es la culpable.
o sera la verdadera escusa?

bueno entodo caso si ya cayo a sus encantos puede que lo vuelva hacer.

total donde hubo fuego cenizas kedan...
salu2 y felices vagaciones

Beatriz Lorca Espinoza dijo...

Para mi esta historia tiene para rato, pero al fin y al cabo le dijiste la verdad LE TIENES MIEDO AL COMPROMISO....( eso no es mentira ni chiva es la pura y santa verdad)

Saludines

Unknown dijo...

Te cuento el fin de la Historia??? helena se va a vivir a Francia con Pablito...pronto

Un abrazo Profesor

Elena dijo...

uyyyyyyyyyyyyyyyyyyy.
Uf......................

Esas etapas de busqueda...

Ay. esas etapas.

M...

Tanta cosa mijito'''

Adeu.

Fer dijo...

Oh...
Nosé...
Me asustan los seres así...

Sabe?
Creo que va algo más allá de ud el hecho de tener ese miedo, conozco a seres que le temen al compromiso de forma extrema... Cosa que complica cuando se piensa en el "otro"

Lo importante es no tener la necesidad de estar con alguien, no forzar.. Si alguien ya se agito en la relación, bien, será.
Tampoco es un deber estar con alguien, todo el mundo lo ve como un deber. "Tengo que estar con alguien antes de esta edad... " Y bla bla..


En fin.
Cuando se enamore..
Sienta y viva.. y esas cosas cliches y lindas..
Quede tranquilo porque vendrá su casorio ... Jajajaja :D

Es broma..

Y los finales felices, llegan.. hay que saber hacerlos durar...

Como dijo paola, donde hubo fuego.. Ja.


Cuidese!
Disculpe la incoherencia del día!.
Nos vemos entonces en las clases simpáticas de Historia :).
Y disfrute... ;)

Chau!.

Miss Porkerías dijo...

a ver, a ver ¬¬

Cuando contaba medio entre risas ke no le caia bien o ke no se llevaba con su hijo, una parte de mi lo entendia y la otra no le creia.

y ahora ke leo esto, mi parte ke lo entiende vencio a la otra.

Y es ke nunca me habia puesto a pensar en qué pasa por la cabeza de un hombre que para estar con una mujer tiene que de un minuto a otro convertirse en "padre" o algo parecido.

Mi parte ke no le creia lo encontraba poco menos que un insensible cualkiera, pero creo ahora que estuvo en todo su derecho de no querer cumplir un rol que no le corresponderia.

Porque aunque su polola tratara como de bajarle el perfil y no le impusiera ese rol, es logico que si quiere compartir su vida con alguien tiene que estar incluido su hijo, porque simplemente ya es parte de su vida.

conozco otros casos en que las mujeres se despreocupan de sus hijos al punto de abandonarlos... y todo por sentirse un poco queridas y por querer retomar su vida.


Bueno profito, nos veremos luego.

adios

y pase x mi blog

Anónimo dijo...

Lo leí enterito y de corrido. No me aburrí, eso fue lo mejor de todo.
Me gustó mucho y debo decir que que esperaría un final relativamente feliz.

Anónimo dijo...

me sobró un que.

Saludos!

::: Isis ::: dijo...

La rutina mata... eso es verdad.


Lo unico que sé... es que son dificiles los adios definitivos y si el fuego no estaba apagado entero puede que las cenizas se enciendan con un simple gesto o con algo minimo, asi que cuidado... pork si quieres terminar debe ser definitivo y no verla mas... pero si no es así, quizas tus razones son solo excusas disfrazadas.


Cariños profe!

MM1 dijo...

Yo la vdd desconozco como hacen algunas parejas para no caer en la rutina y durar tanto tiempo... A lo mejor es acostumbramiento...

Quizá como dijo alguien más arriba de mi comentario...Le falta enamorarse.


saludos

Clau dijo...

Miedo al compromiso...eterno mal de los chilenos...por eso miré mas alla del charco y terminé casada con un catalán jajja
Mujeres de chile chao con el especimen chileno buscate un extranjero!!!
jajjaja saludos de una autoexiliada...
abrazossssss

Cuervo dijo...

corin tellado ?

SiempreSoy dijo...

empezando de cero...saludos