miércoles, enero 30, 2008

Ruptura III: El Final


Primera Parte:



Segunda Parte:







Llevábamos dos meses y medio de relación, las cosas funcionaban entre nosotros, me sentía cómodo con ella. Mi problema comenzaba cuando volvía a la soledad de mi hogar.

Los sábados llegaba a su departamento de providencia a las 16:30 aproximadamente, nos saludábamos y nos poníamos a ver películas infantiles con Pablito su hijo de tres años, él cantaba y bailaba al ritmo de las imágenes, mientras nosotros nos recostábamos en la cama, nos abrazábamos y acariciábamos, de vez en cuando Pablito dejaba de prestar atención a la pantalla, se acercaba a nosotros y regaloneaba junto a nuestros cuerpos.

La Relación con Pablito no fue fácil, y en realidad nunca le otorgué mucha importancia en hacerme el simpático con él. La primera vez que lo conocí fue en un paseo a la playa, se escondió detrás de la falda de su madre y cuando ella lo dejó sólo para ir a prepararle el biberón, me observó con sus lindos ojos cafés, se corrió su pelo de la cara, se acercó y me golpeó con una patada en las canillas, desde ese momento lo comencé a ignorar, era completamente indiferente.

Realmente no sé cuando las cosas cambiaron, cuando fue el punto de quiebre entre nosotros, sin darme cuenta Pablito me abrazaba y me decía con total desparpajo que me quería y extrañamente sus sentimientos primitivos eran correspondidos. Jugábamos fútbol, le enseñaba a pegar patadas, a boxear, me gustaba mostrarles las cosas incorrectas y que no deben realizar los niños. Pablito era un verdadero acróbata, se lanzaba de las escaleras a mis brazos sin una pizca de temor, sinceramente comenzaba a encariñarme mucho con ese niño. Pero había un problema, no deseaba cumplir un rol paterno, tampoco buscaba formar una familia, aún era muy egoísta para embarcarme en semejante empresa. Era un rollo mío, pues ese rol nunca me lo designaron, su madre nunca me vio con esos ojos.

Por otro lado, la relación de Helena con su ex pareja, funcionaba, a medias pero funcionaba. El Lucho Pérez ( Tenía el mismo nombre que el gran héroe de la final de la libertadores del año 1991, cuando convirtió los dos goles del triunfo sobre Olimpia de Paraguay, en el campeonato continental de Colo-Colo) era un artista de talento, sus obras eran reconocidas en los círculos intelectuales del oficialismo, pero siempre vivía en la pobreza y al borde del alcoholismo, solo se controlaba por el amor infinito hacia su hijo. Pero en el ámbito económico no aportaba ni con el vuelto del pan. Además siempre decía que se iría a Francia, que ahí reconocerían su talento como documentalista y cineasta. A pesar del gran nombre que poseía la ex pareja de Helena, sentía que el Lucho era un insoportable petulante, con él ni a misa.

Nunca he sido un obsesionado con el sexo, reconozco mis carencias y saco partido a mis fortalezas, entonces no me enrollo demasiado. Pero en ese ámbito me sentía cómodo, parecía que Helena lo disfrutaba, y yo me sentía satisfecho, realmente la cochinada estaba bien.

Generalmente nos tomábamos un trago, un vodka con naranja, conversábamos de la vida, del trabajo, sin darnos cuenta, cuando el licor se vaciaba de nuestros vasos, comenzaban los besos a recorrer nuestros cuerpos, sudor, gemidos, y la entrega, las sabanas adoptaban los contornos de su espalda y piernas que se movían a ritmo de los crujidos de la cama. La penetraba fuertemente y sus secreciones recorrían mi entrepierna. Apuraba el ritmo y me detenía en sus ojos para leer su placer, cambiábamos de postura, ella apoyaba su cara en las almohada y entraba por detrás, posaba mis manos en sus caderas, sus espalda me mostraba músculos y formas que no conocía, que hablaban y se estiraban por el placer. Solo era cuestión de tiempo que uno de los dos terminara.

Una vez calmado y recostados desnudos en la cama ella me besaba y se retiraba a dormir con su hijo.






Cuando me juntaba con Ernesto a conversarnos un trago, siempre salía el tema de las mujeres.

Él estaba en una crisis, llevaba cuatro años de una intensa relación con Mónica, él me confesaba que en la intimidad de la cama se relacionaban a la perfección, sexo salvaje, la cama era su lugar de comunión.

Pero la vida no era sólo sexo. Su cotidianidad era un batalla, no existía un día que no tuvieran un conflicto, lo celos era la principal causa.

Cuando Ernesto y Mónica caminaban por las calles del centro de Santiago, la normalidad desaparecía, los peligros de conflictos se deslizaban por todas las avenidas. Se aproximaba a unos diez metros por Ahumada una mujer de cabellos castaños de traje negro ejecutivo, contorneándose con sensualidad y éxito, con un cuerpo ardiente. Ernesto la divisó desde lejos, la sintió atractiva, pero también la intuyó como un problema. La atractiva ejecutiva de piel morena y cabello castaño, atravesó por la calle al costado de Ernesto y él miró hacia el frente evitando cualquier contacto, sin embargo Mónica midió cada pisada de la atractiva ejecutiva, contó sus pasos, sintió su sensualidad andante, y clavó sus ojos en Ernesto, calculando hasta el mínimo movimiento de su amante pareja, el contacto entre él y la ejecutiva debía ser nulo, no debía existir. Solo la presencia de ella en su camino despertó la inseguridad de Mónica desatando sus celos.
!Deberías darte con una piedra en el pecho por tener a una novia tan bonita como yo¡- dijo enojada Mónica.
De esas simples rabietas estaba harto, Ernesto no podía vivir sin tener problemas con Mónica, tarde temprano tenían que romper su compromiso.

Ernesto necesitaba un cambio. Esa sensación de transformación hizo que me cuestionara, yo también necesito cambiar la página de mi vida, me siento cómodo con Helena, pero eso no me basta. Necesito nuevas batallas, romper con la rutina, quiero golpes en mi corazón, estoy cansado de está calma.

¿Pero cómo termino la relación?, ¿qué hago para que ella no sufra?, ¿puedo evitar ese sufrimiento?

Le digo la verdad, o la encubro con pequeñas mentiras. Como confesar que la rutina mató mi pasión, y que veo que nuestro planes de vida son distintos. Que no estoy dispuesto a un cambio para sustentar está relación.

Cuando terminé la botella, los dos quedamos convencidos que debíamos terminar nuestras relaciones amorosas y comenzar una nueva etapa de juerga y búsqueda.

Me dirigí a Santiago dispuesto a terminar con Helena, no pude hacer otra cosa que mentir. Me escudé en mi maldito miedo al compromiso.

Adiós Helena, te quise, pero esta despedida es para siempre. ¿ O no?

domingo, enero 20, 2008

Experimento

Siempre me a causado curiosidad la aparición de nuevas palabras en nuestro vocabulario. Esa situación me obligó a realizar un experimento en el extremo del país (Arica, lugar donde estuve de vacaciones), a un colega de Alto Auspicio (Iquique) le comenté una idea de tratar de masificar un concepto u palabra, seguirla y ver su expansión, concordó con la idea y dijo que comenzaría utilizarla en sus alumnos y veriamos cuanto tiempo se demoraba esa palabra en llegar a Santiago.

la Palabra o modismo que utilizaremos es Okinawa para decir esta bién u Okey, así hoy registro que mandamos una pequeña odisea linguística. si la eschucan en algún momento próximo ya saben su ocioso origen.

adios a todos los colegas.


Okinawa ciudad Japonesa, suena divertido y contradictorio para utilizarla por un modismo yankee

miércoles, enero 02, 2008

Sexo casual por MNS




La conoció a través de un Chat. Su nombre era Gabriela pero le gustaba que le dijeran Gaby, la conversación fue extravagante, dejaban fluir sus pensamientos sin mucha lógica, cosas que divertía a los dos solitarios jóvenes, más que pláticas era un juego de ingenio al borde del delirio, de esa forma se dieron cuenta que eran similares en su forma de ver el mundo. Después de un tiempo decidieron conocerse en persona y para ello se reunieron en un lugar neutral, que mejor que la plaza Italia. Roberto la esperaba sentado en una cuneta mientras tomaba agua mineral con gas. La vio cruzar la calle con un vestido negro, una calzas de color celeste, grandes lentes oscuros y un cintillo morado que ocultaba su peinado estilo okupa. Se saludaron y miraron a los ojos.

-Eres pequeña, realmente pequeña- dijo Roberto.

- Que eres simpático.

- lo sé. Tú eres chica pero guapa- se disculpó él


Fueron a beber unas cervezas a las terrazas de los bares de Bellavista. Ella sitió una química muy fuerte con la piel del moreno varón. Roberto lucía relajado frente a la desbordante personalidad de Gaby. Dejaron el bar y fueron al parque forestal.

En una plazoleta del Forestal un borracho les regaló un poema, él le pasó 100 pesos al beodo, agradecido el poeta maldito quiso realizar un truco de magia para Gabriela, ella asustada se escondió detrás de la espalda de Roberto y tocó suavemente sus brazos mientras él miraba fijamente al borrachín con intensión de espantarlo. Después de concretado su número artístico el borracho se fue y Roberto besó a Gabriela con pasión.

Él la invitó a su departamento, bebieron más cervezas, hablaron de sus ex – novios y de sus cuentas pendientes en el amor, una vez libres de culpas hicieron el amor varias veces. A la mañana Gabriela se levantó temprano y se escapo del departamento, sin explicación.

Días después Roberto la encontró en su mns. La saludó y conversaron de cosas triviales hasta que se decidió tocar temas importantes.

- El otro día te escapaste, ¿por qué?

-No sé, no lo pude evitar, creo… que tuve miedo- contestó Gabriela

- No te gustó como hicimos el amor.

- Si me gusta el sexo.

- ¿Estas arrepentida?

- Lo hecho, hecho está.

- pero hicimos el amor a lo bestia.

- Si…mmm xD- contestó Gabriela con un emoticon.



- Fui un león x) –contestó Roberto con orgullo de macho en celo

- Es verdad fuiste una bestia… pero un conejo :S - Dijo ella con sarcasmo.

Roberto sintió una vergüenza enorme y la borró de su lista de contactos del mns.

lunes, diciembre 24, 2007

Bolero de un amor pequeño



Fabiola era una adolescente que aparentaba una edad madura, no parecía tener 16 años. Usaba el pelo corto con un tinte azabache, sus facciones toscas y rectas le otorgaban un aire de seriedad y sus ojos otoñales de hojas secas una mirada melancólica. Sus compañeros la consideraban una adelantada en las materias del amor, aunque en su interior era una niña frágil y sensible.

Ella comenzó a tener problemas en el colegio, bajó sus calificaciones y mostraba una actitud apática y desganada, como si estuviera aburrida de las presiones de la vida.

La profesora Susana decidió llamar a su apoderada. Había descubierto una verdad que explicaba el drástico cambio de conducta de Fabiola.

La madre de Fabiola llegó temprano en la mañana a conversar con la profesora jefe.

Desde una silla de la oficina Fabiola observaba el lugar con la seguridad que iba a experimentar un momento desagradable.

La incomodidad y la tensión se sentía en la sala de atención de apoderados. La profesora jefe movía sus manos y la pasaba por su cabello. No sabía cual era la mejor manera de contar lo que sabía.

- Sabe señora María… tenemos problemas con su hija, ha bajado su rendimiento y cambiado su conducta- Dijo la profesora con un tono de voz implacable- Creemos saber cual es la razón de dicho cambio.

- Dígame qué pasa profesora, y no me asuste-dijo la madre angustiada.

- Su hija está saliendo con un enano.

-Fabiola comenzó a susurrar su llanto, las lagrimas brotaban de sus ojos, ella se las secaba con la manga de su camisa blanca.

-¿Con un enano de circo?- repitió la madre totalmente descontrolada.

- No señora María, con una persona de baja estatura, cerca del metro cincuenta- La profesora exageró la altura para calmar a la madre.

- Pero eso no es lo peor señora María… ese hombre pequeño es mayor de edad.

-¿Cuántos años tiene?- dijo la madre levantando la voz

- 30 años… pero eso no es lo más grave.

-¿Qué más grave puede haber?

- Es que... ese hombre sufre de vejez prematura, aparente unos 45 años.

- Chiquilla de mierda, cómo me puedes hacer eso- dijo la madre estallando en llanto.

-Cálmese señora.

- Cómo me pide que me calme si mi hija se metió con un vejestorio en miniatura.

- No es un vejestorio- replicó Fabiola- Es el hombre que amo.

- Cállate mocosa.

- Pedro me hizo mujer, me dio cariño, cosa que tú nunca hiciste.

- Chiquilla de porquería… nunca más volverás a ver la luz de sol, te voy a quitar el celular, y el computador, solo irás de la casa al colegio.

- Eso es lo que tú crees mamá.

- Por favor calmémonos- dijo la profesoras tratando de poner cordura y serenidad. La profesora Susana esperó que Fabiola y su madre dejaran de llorar para continuar hablando- mira Fabiola, lo único que tú puedes hacer es dejar a ese hombre, si no lo haces me veré en la obligación de denunciarlo a la policía y se irá preso, por estupro y abuso de menores. ¿Tú sabes como reciben los internos a esos reos?

-Sí profesora, sé.

¿Tú quieres que le suceda eso?

- No quiero.

Entonces tendrás que dejarlo y no verlo nunca más. Si lo vemos rondando el colegio lo denunciaremos.

La profesora se sintió más tranquila y aliviada al contar la verdad. Contempló el llanto de sus acompañantes, deseó llorar pero se aguantó y despido a la madre y a su hija esperando no volver a verla nunca más.

martes, diciembre 11, 2007

Animal Planet



Terminado el festín contemplo el horizonte.


Un animal hastiado de la sangre
se revuelca en el lodo para sentir
el instinto del depredador
inhalar el ardor de la maleza
contener el ímpetu en la espera.
su mirada penetrante que marcha
deviene en velocidad, musculatura y polvo,
sus dientes clavados en la carne.


al despertar por la vorágine de la selva
¿cómo te explico que te quiero?

lunes, noviembre 26, 2007

Resaca culposa después de un viaje por el tiempo



Siento que el agua agoniza en mis entrañas, el malestar espiritual se posiciona en mi cabeza como un gran mural de la Brigada Ramona Parra, estampando sus imágenes de rostros desquiciados, deformes, llenos de terror y locura, facciones toscas, rojizas y deformes que me gritan.

- estas perdido…
-loco vas por la senda equivocada…
Estás loco… loco … loco y solo… sólo … sólo… así nadie te va amar jamás… jamás, jamás...
-cuidado con el anarquista enemigo del pueblo

Esas palabras giran en mi mente como un remolino de agua de un servicio higiénico. La mierda flota en los fluidos amarillentos resistiendo al destino inmisericorde de la cadena, mierda prisionera de la celda de inmaculada loza.

Siento que el vacío espiritual me acompaña hace años, no puedo sacarme el lastre de no encajar en el molde social o será la carga genética que me predispone a la bebida. Seré victima de los brindis de mis antepasados, aunque sea así los libero de culpa. La bebida por cierto no es la verdadera culpable, solo es un síntoma de mi desesperación.

La desesperación de no tenerte.
De haberte perdido.
Te necesito y no estás.
Te extraño y no estás.
Te deseo y no estás.

No recuerdo tu cara y tampoco tu cuerpo. Qué amaré, qué se ama. Que amé.

Amé la posibilidad de un futuro contigo.
Amé el placer de tu carne.
Amé tu imagen.
Amé tu necesidad.

En estos momentos de locura pos etílica me gustaría pensar que amé los encuentros y la entrega aunque en realidad no tengo la más puta idea.

A veces pienso que la culpa es mi única manera de renovar mi espíritu, la culpa es para mi más importante que el dolor, o es una variante del dolor que se disfraza de culpa. Creo que esa sensación de incertidumbre en mi forma hueona de aprender de los sinsabores del alma, una forma de lectura braile para mi sensibilidad. La culpa me impulsa como una maquina del tiempo, comienzo a beber, desaparezco y aparezco en otro lugar sin saber por qué y toda esa ausencia de recuerdos y de seguridad me envía a una parcela de mi infierno.

Te amé…pero anoche igual me lancé a todas en busca de placer disfrazado de desesperación de delirum termens, buscando a mi amada inmortal y como vil hueón para variar me quedé sin nada… sólo con mis dolores culposos de mi maldita resaca.

jueves, noviembre 22, 2007

Grandes Pensadores II

"Hay dos tipos de hombres:
Los que se lavan las manos antes de mear
y los que se las lavan después.
Yo, me las lavo antes.
¿Por qué?, dirás.
Porque mi polla es sagrada.
Hay que reverenciarla. Oooooh..!
¡Es el centro del universo mundial!
¡La manguerita de la alegria!
Tú deberías hacer lo mismo."

Torrente " El Brazo torpe de la ley", película española con Santiago Segura.

Grandes Pensadores I

"Lo interesante de escribir es buscar la belleza donde otros no la ven y permitirse ser cruel sin sentir culpa..."


Roberto carvallo.

jueves, noviembre 08, 2007

El duditativo fluir de los polvos grisaceos sobre la cama.

Ella cuidadosamente cubrió su cuerpo con la sabana, no se había desvestido solo necesitaba un velo que la protegiera de la mirada de su amante. El recostado sobre su brazo la observaba lleno de incertidumbre.

-¿Qué te pasa Carmela?

- Me suceden muchas cosas.

- Pero dime, se sincera conmigo.

-Es que ya no siento por ti la pasión e intensidad de antes.

- ¿Ya no me quieres?

- Si te quiero, pero me siento extraña... han sido tantos los cambios que he vivido
últimamente que me siento confundida.

- Me he dado cuenta- dijo él con un tono de resignación- Estás más distante.

- Si y me da pena... talvez deberíamos darnos un tiempo.

-¿Quieres terminar conmigo?

-No quiero eso.

-Bueno decídete, ¿quieres o no quieres?

- Realmente pienso que te estoy haciendo mal.

- Bueno ese es mi problema.

- ¡Carmela yo no quiero relaciones a medias!... lo que siento por ti es fuerte, pero no quiero migajas- Roberto la mira a los ojos y observa que las lagrimas caen por sus mejillas enrojecidas.
- ¡Pero Carmela no llores!

- Es que tengo pena- Carmela se limpia los ojos y respira hondo- tal vez lo mejor es que nos separemos.

-¿Para siempre?

- No sé- Carmela se pone a llorar desconsoladamente.

Roberto la abraza para consolarla, siente su respiración agitada sobre su pecho y trata de apaciguar sus sollozos con suaves caricias en su pelo y cuero cabelludo, él quiere que sienta sus yemas de los dedos en lo más profundo de su piel. Carmela lo queda mirando y se besan desesperadamente casi con rabia, él la comienza desnudar, mientras ella trata de besarlo en el cuello sin éxito. La despoja de sus calzones, él descubre su miembro que la penetra con ardor. La pasión de sus cuerpos parece incontenible, quieren explotar juntos, los gemidos de Carmela son cada vez más profundos e intensos, él la mira con intensidad y recoge la mirada en sus pechos, los cuales siempre los encontró de una magnifica forma y belleza... después de unos minutos de batalla, ella estalla en éxtasis, grita y se toma la cabeza, frente al estimulo Roberto explota en ella colmado de placer. Él la mira como si hubiera cancelado una deuda y ella lo observa con los ojos cubiertos de lágrimas y revienta en llanto.

-Abrázame. Por favor abrázame.

Roberto la abraza tratando de contenerla con suavidad y ternura. Se quedan varios minutos recostados y desnudos sobre la cama, en absoluto silencio.

-Voy al baño a limpiarme.

Al volver Carmela se recuesta al costado de Roberto y lo abraza. Él le esquiva la mirada quedándose en sepulcral silencio

-¿Qué te pasa Roberto?

- nada.

- Se honesto conmigo.

- Tengo una duda...

- Bueno dímela...

- ¿Después de esto seguimos siendo novios?

miércoles, noviembre 07, 2007

Lentes


- Creo que te rayé los lentes- Dijo la bella mujer preocupada.

- No importa- dijo él relajado- un lente sin rayones es como una vida sin pecado.

martes, octubre 30, 2007

Clase de Rabia

Hoy con mis palabras
No quiero cambiar nada
Solo es rabia que exhala
Por mi boca
Pasión descomunal por educar
rebelarme frente a las almas
autocompasivas en el dolor universal.
Los observo y siento rabia
Porque crecer no es debilidad
Alumnos hoy con mis palabras
No quiero cambiar nada
Solo quiero gritar
Desahogar mi ira
En algo que no sea plasma.
¡Silencio alumnos!… (Silencio)
Hoy no quiero cambiar nada

jueves, octubre 18, 2007

Resaca

El sábado por la mañana Roberto se sentía a morir. Su boca olía licor. Lo primero que hizo al abrir los ojos fue tratar de recordar qué había pasado, ¿cómo estaba su ropa? ¿Cómo había llegado a estar tendido sobre su cama?¿, ¿Qué tan perjudicada se encontraba su billetera? Se sobó los ojos y marcó el número de su novia.

- Hola Carmela. ¿Sabes cómo llegué a la casa?

- Yo te fui a dejar maldito borracho- dijo Carmela llena de rabia.

El corazón de Roberto sintió un ahogo que casi le interrumpió la respiración, su cuerpo se desvaneció y su estomagó quiso reventar de un golpe. Su cabeza comenzó a girar y a pensar en las peores acciones que pudo realizar la noche anterior. Súbitamente golpeó la muralla, sus nudillos rojos no sentían dolor. Esa falta de sensibilidad lo tenía al borde del colapso, quería gritar y llorar pero no podía.

Trataba de entender por qué debía de emborracharse de esa manera, qué lo impulsaba a beber como un energúmeno. Qué lo obligaba a maltratarse tanto.

Sentía como la culpa le secaba la boca. Como sus manos temblorosas intentaba tomar lentamente un vaso de agua, pero el líquido que ingresaba a su boca no apagaba su sed. La culpa le había secado las entrañas. Él sabía que la noche anterior había dañado a Carmela, sentía que había roto algo muy fuerte de su relación, estaba seguro que después de esa noche todo sería distinto entre ellos, y lo peor de todo que no existía vuelta atrás.

No era primera vez que Roberto saboreaba el espesor de la culpa, cada cierto tiempo habían situaciones que lo enviaban hacia el camino de la autodestrucción. Se preguntaba por qué sentía tanta rabia contra la sociedad, por qué necesitaba provocar escándalos públicos y remover las mentes de los ciudadanos comunes con actos ininteligibles. Antes le gustaba estar al margen, ser un outsider, un maldito provocador. Pero ahora existía Carmela en su vida y no quería perderla, pero sentía que era demasiado tarde.

Se sacó la polera y con las uñas se rasgó el pecho dejando líneas rojas en su piel, esperaba que todo lo desastroso que hubiera hecho no fuera tan malo como haber engañado a Carmela, o haber coqueteado con alguna colorina, negra crespa o una china mandarina. Pero eso no era lo peor, Roberto sentía que en alguna etílica alucinación pudo haber insultado a su novia o incluso haberla golpeado o quizás roció con cerveza a la hermana de Carmela y a su marido. Roberto quería irse de la ciudad, escapar a un lugar donde nadie lo conociera y fuera una hormiga más de las cientos que caminan programadas por las calles de la gran ciudad y no ser el cerdo infesto del pequeño granero de su comuna. Roberto necesitaba tener la mente clara y pensar como podía recuperar a su novia. Tomó un baño y ropa nueva, se echó unos billetes a los bolsillos de sus jeans y fue a buscar al Negro Osman para ir a tomar una cerveza al bar de la Tía Fresia.

lunes, octubre 08, 2007

Calzoncillos


El día de su cumpleaños, celebrado durante la madrugada del 18 de septiembre del 2007, Osvaldo realizó un anuncio sorprendente para todos los asistentes. ¡Amigos me voy a casar el 1 de febrero con mi amada Daniela!. Sus cercanos quedaron con la boca abierta.

Osvaldo es mi amigo de universidad, mi cómplice de aventuras y carretes nocturnos. Una ocasión me preguntó como era él como persona y lo definí como un “ Conchesumadre de gran corazón”. Osvaldo es una persona con gran carisma, tan cuentero como alta y delgada es su figura, bueno para la fiesta, gran contador de anécdotas, enamoradizo y puto como ninguno, pero frío y cruel con las doncellas que despiertan a su lado, pero un gran amigo de sus amigos. Por eso para Roberto el anuncio era un gran notición que debía celebrarse como dios manda.

Esa noche brindaron por su futuro junto a Daniela. La pequeña y hermosa novia estaba feliz y radiante junto a su amado.

Daniela se retiró de la casa de su novio avanzada la madrugada para asistir a un compromiso familiar al día siguiente. Osvaldo y Roberto tomaron hasta el alba, el novio se quedó dormido sobre la alfombra. Roberto lo levantó y lo fue a dejar a su cama. Después de eso Roberto se acostó a dormir en el sillón.

Al día siguiente Osvaldo se levantó como si nada hubiera pasado la noche anterior, con una vitalidad envidiable. Despertó a Roberto y lo invitó a un asado de fiestas patrias junto a su familia, Roberto a regañadientas se levantó y aceptó, pues deseaba compartir con la señora Alicia, Don Lalo y sus hijos. El gran novio fue al refrigerador y abrió dos cervezas Escudo para motivar el viaje de Roberto. Bebiendo iniciaron la travesía.

En la casa los estaban esperando la familia, con ensalada y el carbón prendido. Se abrazaron todos y comenzaron a conversar y departir los alimentos. Minutos después llegó el Tío Tito con un matrimonio compuesto por Susana y el Mauricio.

Don Tito era un viejo bueno para el trasnoche que durante su vida había experimentado de todo. Trabajó en los barrios duros de Franklin y Avda. Brasil vendiendo repuestos de automóviles. Al enterrarse del matrimonio de su sobrino regalón, casi va vuelta el vaso de tinto que se estaba sirviendo.

- No seaí tonto sobrino, cásate con un maricón son más leales- dijo Don Tito despertando las risas de todos.

Con las manos don Tito hizo un gesto a los varones presentes para que se acercaran y se distanciaran de las mujeres y comenzó a contar una anécdota, para aconsejar a su descarriado sobrino que iba a sentar cabeza.

Los hombres reunidos en un improvisado círculo y bebiendo cerveza en lata, escucharon la historia de don Tito.

Te voy a contar eso para que te cuides y no te dure tan poco el matrimonio como le ocurrió al Loco Willy.

Cuando trabajaba en el barrio Brasil, conocí al Loco Willy. Era popular en todo el sector con su afición de culiarse a los maricones del barrio. Le encantaba que le bombearan el semen de la tula con las nalgas apretadas de los mocitos. Los maricones le encantaban y cuando estaban necesitados lo invitaban a un trago y el Loco Willy le hacía el favor.

El Loco Willy le hacía a lo que venía, y también gozaba del sexo húmedo de las mujeres de todos los volúmenes y tamaños, eso puso furioso al maricón Luiso, quien le mandó a dar una zurra de dimensiones épicas o de Picos. Cansado de tanto dilemas el loco Willy cortejó a la Patty una mujer de curvas generosas y de armas tomar que trabajaba en el negocio de don Mario. Al poco tiempo de comenzado el romance decidieron contraer matrimonio.

Durante la noche de Boda, dentro de una habitación de un viejo hotel del centro, los novios comenzaron a besarse efusivamente, sus lenguas combativas los excitaban cada vez más, el loco Willy entusiasmado por la pasión de la Patty, comenzó a desnudarse y a tocarse el miembro frente a la novia, la observó caliente y le pidió que se desnudara, cuando la Patty quedó en ropa interior, el Willy se acercó a ella, la colocó de espalda frente a una muralla y con su voz ardiendo le dijo... ¡ Ya Patty Sácate los Calzoncillos que te voy a dar por Detroit! .

Ese comentario puso fin al corto matrimonio de Willy.

Las risas se escucharon en todo el callejón.
La tomatera continuó hasta el anochecer... el Osvaldo contó a sus amigos las innumerables ocasiones que fornicó con mujeres desconocidas y prometía que por Daniela nunca más lo volvería hacer. Roberto lo miraba incrédulo pero en el fondo quería que su amigo por fin fuera feliz. Mientras él pensaba en Carmela que estaba cada día más distante, ya no sabía si la amaba, pero de lo que estaba seguro, es que sucediera lo que sucediera nunca iba a tomar el camino de don Tito y el loco Willy, por eso siguió bebiendo.

jueves, octubre 04, 2007

Fuga de Amor

Me penas como un fantasma cancerbero.
El amor resucita tu recuerdo
Que se tatúa en mi espalda
Como las malas miradas de tu familia.
No fui digno de ti, - Lo sé-
Y la culpa me seca la boca
Con la ira de mis actos necios.
Fui un imbecil, un perro y un cerdo.
Un animal baboso de miedo.
Tu fuiste mi princesa nocturna
Una santa arrabalera
Que desde tu altar miraste inmaculiada
Los pecados de nuestra relación.

viernes, septiembre 21, 2007

Carita de Bruja

Dedicado para Camila Garcia.

A Roberto le gustaba contar cómo había conocido a Camila. Sentía que su historia era romántica y particular. Por eso no dudaba en relatarla en las fiestas cuando se presentaba la ocasión.

¿Cómo se Conocieron? ¿Cuánto tiempo llevan juntos? ¿Trabajan en el mismo lugar? ¿Los dos son abogados?, esas simples preguntas eran la excusa perfecta para desatar su verborrea.

Roberto vio por primera vez a Camila en su fiesta de inauguración de su departamento.
Camila llegó junto a Mariela compañera de trabajo de Roberto y dos amigas más. Las cuatro se acomodaron alrededor de una pequeña mesa en la terraza y se sirvieron un trago de ron.


Ella actuaba desenvuelta, hablaba sobre su experiencia laboral en un colegio del lado acomodado de la ciudad. Camila tenía el pelo largo y oscuro, sus pequeños ojos cafés eran picarones, su piel clara con algunas pecas en las mejillas realzaban su sonrisa que se expandía a pesar de poseer unos labios pálidos y delgados.
Roberto la encontró atractiva pero no algo fuera de lo común, para su interior la llamó carita de bruja, él sentía que ella escondía un misterio en esa personalidad segura, desbordante de confianza y alegría. Pero dejó de prestarle atención cuando llegó su novia Karina.

Roberto y Karina bailaron desenfrenadamente al ritmo del reggeaton, sus cuerpos se rozaban como si copularan, bebieron a destajo mientras se besaban dejando ver el juego de sus lenguas húmedas. Él sólo la dejaba para atender al resto de los invitados. Mientras conversaba con su amiga Ana, una gorda asistente social observó que Camila estaba sentada en el umbral de la puerta.

En esa noche calida donde todos en la fiesta disfrutaban de la algarabía, Camila con su figura estilizada y sus piernas delgadas dobladas como escuadras, miraba ensimismada la Luna, sus ojos pequeños se clavaban en los agujeros del satélite blanco. Ese acto la apartaba del júbilo que estaba a su espalda. Camila no miraba la luna como una adolescente en busca de un príncipe azul al contrario la contemplaba con una mujer que ha vivido mil batallas y ha perdido varias veces el esquivo amor, miraba la Luna sin esperanza, sino con cinismo y burla como si la gran dama de la noche fuera un gran espejo que reflejaba su rostro cansado por el engaño y la derrota de la rutina ruin de las mujeres solteras de treinta y tantos.

Ese desencanto frío del rostro de Camila colmó de calor la mente de Roberto.

-Piensas que la luna te dará la respuesta del por qué tu príncipe azul no está aquí- dijo Roberto con ironía.

- Ya no busco respuesta- contestó ella. Indiferente- además no pienso en amor.

-Claro si el amor no existe, es de idiotas pensar en cosas que no existen- dijo Roberto mientras se colocaba las manos en los bolsillos.

- Los soñadores fantasean en alcanzar cosas que no existen-dijo Camila.

- Para este mundo ser soñador es otra forma de idiotez.

- tienes razón tontito- dijo coqueta Camila.

Esas palabras resonaron en los oídos de Roberto como estruendosos rayos de tormenta tropical. Él sentía que esa era una señal poderosa de seducción, había un llamado silencioso a dejarse poseer por los encantos de la carita de bruja. Con esa sensación Roberto dejó en calma a la melancólica señorita.

La música y el calor incitaban al baile calentón. Los amigos del dueño de casa, estaban sorprendidos de la naturalidad erótica de las amigas de Mariela que se movían coquetas y lascivas. Si sus amigos no estuvieran acompañados de sus parejas se lanzarían de cabeza a seducirlas.

- Roberto quienes son tus amigas.

- ¿Por qué?

- Es que están para darle toda la noche- dijo el Negro medio borracho.

- Pero ahí está tu mina.

- no todo puede ser perfecto- dijo el Negro con ironía mientras le sonreía a su novia.

La noche acababa y Mariela se retiraba junto a sus amigas, se despidieron de los invitados. Roberto como anfitrión las fue a dejar al portón, ellas se subieron al vehículo y antes de partir, Roberto tocó la ventana de la puerta de atrás, Camila bajó la ventana y Roberto sin temor al ridículo le pidió a la Carita de Bruja que le diera un beso de despedidas. Las amigas de Camila la comenzaron ha aleonar para que aceptara, pero ella se negaba.

- Pero no es tan difícil Camila- dijo Carolina mientras acercaba su boca a la de Roberto.

Justo en el momento que los labios iban hacer contacto, Carolina se arrepintió. Ese hecho alentó aun más a Roberto. Miró a Camila, se fue acercando lentamente su cara para observar cual era la reacción que adoptaba, ella lo miraba fijamente a los ojos. Roberto ya podía sentir la respiración de Camila, sus labios estaban por tocarse cuando Camila dio vuelta su cara, frente a esa reacción Roberto la tomó con fuerza de la cara y le dio un violento beso, en un momento ella se resistió pero su lengua terminó por ceder. Cuando el beso terminó Roberto la miró a los ojos esperando un golpe, ella no hizo nada y tampoco pronunció palabras, así que Roberto volvió a besarla.

Cuando partieron Roberto se quedó con una extraña sensación de angustia pensó que nunca más la volvería a ver, que lo considerarían un fresco. Para tranquilizarse catalogó el hecho como una locura y volvió a la fiesta donde lo esperaba su novia.

Tres meses después Roberto se operó la nariz, debido a una doble fractura, el aspecto estético no le molestaba al contrario encontraba que le daba un aspecto rudo y varonil, pero en las noches sus ronquidos eran insoportables. Karina su novia encontraba que Roberto estaba distante y frió, situación que la empezó a insegurizar. Ese fue el detonante para que Roberto movido por su miedo al compromiso terminara con ella. Fue una ruptura pacifica y la última conversación fue una tarde de otoño en una bar de Bellavista, disfrutando unas cerveza. Al anochecer su amigo Santiago pasó a buscar a Roberto para que salieran a un Pub a beber unos tragos, y disfrutar una noche de juerga de solteros. Al entrar al recinto Roberto observó a Camila que estaba sentada junto a tres amigas. El se hizo el desentendido aunque deseaba hablar con ella. Después de una hora, un par de paseos al baño para observarla y de dos vasos de whisky Roberto decidió acercarse.

-Hola… Camila- preguntó con inseguridad.

- si, ¿Cómo estás?

-bien-contestó Roberto- y aunque sabía la respuesta, le preguntó- ¿Cómo está la Mariela de su embarazo?

Desde ese momento Camila comenzó a hablar y esa fue la oportunidad que Roberto Aprovechó para sentarse a su lado y de ahí no se levantó más.

jueves, septiembre 06, 2007

Mensajes

Dudo del estigma
Susurrante
Del viento
Que condiciona la verdad.

Los mensajes
No son enviados
Por los dioses.
Surgen del sueño
y del cansancio.

Sutil compensación
de un mundo
de ilusiones.
En fin, no hay dudas,
Todo es simple.

Las señales
Y los mensajes del destino
se presentan
como las piedras
en el camino.

martes, agosto 28, 2007

Justicia versus Egos Adolescentes Narcisistas

A pesar que el curso se comportaba bien, Fabián se obstinaba en llamar la atención e interrumpir la clase por cualquier motivo.

El movimiento susurrante de sus labios sacaba de la concentración habitual al profesor de historia. El docente sabía que era difícil entender a cabalidad el proceso de independencia de Chile y comprender las diferentes tesis de la historiografía chilena. Por eso necesitaba silencio.

-Fabián por favor siéntate y deja de hablar e interrumpir.

-Ya profesor-dijo Fabián sin cambiar su actitud.

-Por favor siéntate hombre y pone atención- dijo el profesor alzando la voz.

- Todo yo... por qué no reta a los demás.

-Porque tú eres él que está interrumpiendo la clase… no los demás.

-Usted es injusto... me tiene mala profesor, por eso me reta sólo a mí.

- No se haga la victima-dijo el profesor indiferente.

- Pero si usted me tiene mala.

-Hay por dios... no le tengo mala solamente a usted, todo el curso me cae mal, pero sólo reto a los que me interrumpen- dijo el profesor con un tono sarcástico que sacó algunas tímidas risas de sus alumnos.

-Ahora que todos saben la verdad podemos continuar la clase.

Al sentir su ego acallado Fabián se sienta y comienza realizar las actividades dispuesta por el cascarrabias viejo de historia.

viernes, agosto 17, 2007

La Extraña Belleza Infantil


-Eres fea Beatriz- gritó Cristóbal.

Al escuchar ese grito agudo, la profesora Sonia de primero básico fue a ver que pasaba en el fondo del aula.

Algunos docentes consideraban a Beatriz como un verdadero engendro del demonio, pero la profesora Sonia trataba de acoger y entender a la niña pues sabía que ella no tenía una vida fácil, era imposible con una madre alcohólica y un padre ausente. Beatriz vivía sola con la abuelita Peta una señora con una evidente locura senil. La antipatía natural que generaba la niña era potenciada por su fealdad, poseía unas portentosas mejillas, unos ojos grandes desorientados que no eran simétricos a su rostro redondo como balón de fútbol, la ausencia de los dientes delanteros suavizaban el grotesco aspecto de su mandíbula desencajada. Pero el problema de Beatriz no se reducía a su fealdad, la niña era mala, acostumbraba a golpear a sus compañeros como si estos fueran esclavos, le colocaba clave a los computadores del colegio para que nadie los pudiera usar, y amarraba grandes piedras a las extremidades de los gatos para que no pudieran caminar.

-cállate fea- volvió a gritar Cristóbal.

- Tonto, vos que no sabes leer- respondió Beatriz.

-¿Qué pasa ahí?- preguntó con autoridad la profesora Sonia.

- Que ésta fea me está molestando- se defendió Cristóbal.

-Cristóbal no debe tratar así a su compañera- corrigió la profesora.

-Pero si es fea señorita.

Beatriz con un asombro se tomó la cabeza y la movió de un costado a otro, como si ella hubiera descubierto una verdad que era invisible a los ojos de los otros.

-Que eres tonto Cristóbal no te a dicho tú mamá que todas las niñas son feas cuando chica y cuando crecen se ponen bonitas... cierto señorita- dijo Beatriz con ingenuidad.

- Por favor niños dejen de pelear- contestó la profesora tratando de evitar la pregunta de Beatriz.

Una vez calmada la disputa entre Cristóbal y Beatriz, la profesora Sonia sintió una terrible pena por su alumna, pensó en todas las mentiras que le deben haber dicho sus padres para justificar su aspecto físico. Trató de comprender como debía ser el mundo de la heredera de la Quintrala. Sintió desesperación y angustia por la injusticia de la naturaleza, pero después de unos minutos se dio cuenta que nada podía hacer.

viernes, agosto 10, 2007

Perros de la calle (Capitulo II)



Cansado Roberto apoya su cabeza contra el respaldo del asiento. Levanta su brazo y observa su reloj que marca un cuarto para las cinco de la tarde, al bajar el brazo, su vista inconscientemente va a cruzar el vidrio contiguo, la calle se alza como el único escenario capaz de entretenerlo en ese momento, se detiene en una hilera de eucaliptos tratando de captar los diferentes matices de verde que poseen sus hojas, Roberto no alcanza a lograr su frágil misión, la velocidad juega en su contra sumiéndolo en una tristeza marcada por el olvido galopante de las ruedas del vehículo.

Su casual melancolía se apodera de él mientras quedan atrás los árboles, las viejas casas de húmedas maderas y pintura resquebrajada, y en el horizonte las montañas que lucen sus picos nevados.

El colectivo se detiene en la entrada del pasaje Manuel Rodríguez que está perpendicular al camino del Diablo, vía llena de mitos y leyendas fantasmagóricas que une al pueblo de Talagante y Peñaflor. Una Señora de cuerpo firme y generoso, abre la puerta y posa su trasero en el asiento delantero. El chofer disimuladamente le mira las piernas mientras le recibe el dinero del pasaje.

El vehículo parte y se desliza nuevamente en el pavimento del camino del Diablo. Roberto se concentra en el camino y recuerda las leyendas que les cuenta a sus alumnos al inicio de cada clase. Le encanta relatar historias, especialmente la que narra el origen del camino del Diablo, donde resalta la rivalidad de estos dos pueblos.

Durante la época de la Colonia, una joven y atractiva mujer, hija del mayor hacendado de Talagante que se enamoró de un misterioso huaso de lujosa estampa, el cual resultó ser el mismísimo mandinga. A pesar del esfuerzo del padre, Belcebú encarnado en el huaso, logró desposar a su hija. Realizado el matrimonio con el demonio, los dos pueblos comenzaron a realizar intensas procesiones religiosas para dejar al diablo y a su esposa encerrada en el camino que une a Talagante y Peñaflor, hasta que lo lograron. Los Talagantinos construyeron una cruz de hierro a la entrada de su comuna y los peñaflorinos levantaron una virgen María en la cima del cerro que vigila la entrada del pueblo.

Pero Roberto sabía que esto sólo eran historias y que lo más probable que el camino obtuvo su nombre por las impenetrables zarzamoras que se ubicaban al costado de la ruta y que fueron el terror de los ciclistas borrachos que terminaban sus juergas aprisionados en sus espinas.

Roberto dejó las leyendas y se ensimisma nuevamente en el paisaje rural, el rugir del motor los conduce a un somero sueño. Siente un fuerte golpe en el parachoques del vehículo, el conductor frena bruscamente, para reiniciar su trayecto. Roberto lo primero que pensó, fue que el chofer pisó un gran hoyo del pavimento. Él abre los ojos y observa las pupilas dilatadas, húmedas de espanto de la pasajera que está sentada a su costado y como la mujer gira su cabeza hacia la izquierda hipnotizada por el accidente. Roberto la sigue con su vista, resulta ser un perro mestizo similar a un pastor alemán que fue arrollado por el vehículo, su cuerpo inerte y tieso gira en el pavimento a gran velocidad y en dirección contraria al colectivo.

El cuerpo que hace unos segundos estaba lleno de vida, ahora parecía un peluche del infierno, yermo y destrozado, queda tirado a la vera del camino sin más espectadores que los pasajeros del colectivo.

Aún la mujer sentada al costado de Roberto no sale de su asombro, está profundamente impactada, su corazón late fuertemente, quiere emitir algún reclamo, pero no es capaz de decir ninguna palabra.

El chofer comienza a emitir explicaciones sobre su accionar, sin que nadie se las pida, se nota la culpa en su cara, dice que no le quedó otra opción, que pudo ser mucho peor para ellos si trataba de esquivar al perro.

Roberto siempre había visto animales muerto a la orilla del camino, perros grandes, medianos y pequeños; gatos, y ratones. Pero esta vez el cadáver del quiltro provoca una sensación de vacío que el Joven no puede ignorar.

martes, julio 31, 2007

Perros de la calle (Capitulo I)


El vaho sale de su boca como si fuera el humo de un gran cigarrillo, el joven resguarda sus manos del frío en los bolsillos de su negro abrigo.


Roberto espera un colectivo Talagante-Peñaflor que lo lleve a su lugar de trabajo pero el vehículo negro tarda más de lo acostumbrado en pasar.


Frente a la parada de locomoción, se encuentra sentado un hombre vagabundo contra la pared del supermercado. Todos en Peñaflor lo conocen por el apelativo de “Chuma”, es un viejo loco de unos 55 años, alto de estatura a pesar que camina encorvado, contextura delgada, tiene la barba gris, cabello cano, los ojos cafés y los párpados caídos. Cuentan las viejas copuchentas del pueblo que el “Chuma” se trastornó por causa de un tabacazo, mezcla perversa de cenizas de tabaco diluida en el trago, que tiene el objetivo de causar la locura a una persona odiada. Dicen la santurronas señoras que fue un compañero de trabajo de la empresa de calzados que enceguecido por los celos quería mandarlo a la casa de orates.


Roberto saltaba para tratar de calentar sus pies, el cansancio lo llevó a parar su ejercicio, en ese momento él quedó ensimismado en la figura del larguirucho “Chuma”, sus ojos se clavaron en su rostro afligido que se veía más carcomido que de costumbre, los surcos de su piel marrón se veían tan profundo como un cañón y su barba se hacía impenetrable como una selva. El Chuma estaba cubierto de mugre y suciedad de los pies a la cabeza, pero eso no le era importante, sólo juega a sobrevivir con su frazada de franela a cuadros azules, que está estampada en barro y aceite de camión. Roberto recordó que en su infancia el Chuma le pidió insistentemente que le comprara un cigarrillo en el negocio del viejo usurero de “Don Lucho”, el pequeño Roberto aceptó a pesar del miedo que le provocaba la figura del Chuma, cumplió la petición, entregándole en las manos del viejo loco los antiguos cigarros Life, sintiendo un gran alivio, pero ese inesperado recuerdo fue terriblemente opacado por aquella oportunidad que el Chuma se paseaba por la villa Catecu y repentinamente le lanzó una piedra sin razón, que dio en su cabeza provocando una hemorragia, esa vez Roberto sintió rabia y quiso ser mayor para darle una golpiza, pero esa rabia finalmente había desaparecido durante esa mañana de frío.


Él Estaba seguro que ese viejo provenía de una familia acomodada, en algunas ocasiones el Chuma se perdía en la villa de los gerentes y aparecía aseado, peinado, con la barba recortada y con atuendos nuevos, trasformándose en una persona totalmente distinta a los ojos de los vecinos de la villa Catecu.
Pero el Chuma rebelde volvía a su tierra, a su manta sucia que lo cubría como una capa, a la calle y a su vacío.
Esa mañana el Chuma parecía ser invisible para todos, menos para Roberto, nadie se atrevía a regalarle una moneda o un cigarrillo, era ignorado, como si fuera un escupitajo verde y gelatinoso de un tuberculoso.

Un colectivo de la flota Talagante-Peñaflor con su letrero rojo se abría paso entremedio del espesor de la niebla, Roberto estiró su mano azulada a través del aire gélido del crudo invierno, el vehículo se detuvo, el joven del abrigo negro se subió y saludó al conductor, para reiniciar su viaje. El Chuma mientras tanto se quedó en el suelo tiritando de frío, en un marco de silencio despiadado, junto a un perro negro tiñoso que buscaba calor al costado de su frazada sucia.